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¿Quién ideó la Ciudad Universitaria de Caracas?

También se debe decir que otra importante obra de Villanueva, realizada como Profesor de la Universidad Central de Venezuela, fue la formación de una importante tendencia de arquitectos contemporáneos

  • ALBERTO NAVAS

20/04/2023 05:00 am

El bien merecido culto al Arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva (n. Londres 1900, +Caracas 1975), ha ocultado el verdadero contexto del origen colectivo del proyecto de la Ciudad Universitaria de Caracas, que realmente se inició en el propio seno de las autoridades universitarias desde la década de 1930 y, principalmente, por la iniciativa modernizadora del Dr. Antonio José Castillo Machado, Rector de la Universidad Central de Venezuela entre los años de 1937 y 1943.

Además de idear la Ciudad Universitaria de Caracas, uno de los grandes méritos del Rector Castillo fue seleccionar el equipo de arquitectos e ingenieros, especialmente del antiguo Ministerio de Obras Públicas (MOP), entre quienes destacaba Carlos Raúl Villanueva, formado en la Escuela de Bellas Artes y en la Universidad de París, quien descollaba por sus notables diseños en tiempos de Juan Vicente Gómez (Maestranza y Hotel Jardín de Maracay), los modernos Museos de Bellas Artes y Ciencias bajo el gobierno del general López Contreras y la Reurbanización del Silencio en Caracas durante el gobierno del general Isaías Medina Angarita. Finalmente, la gran obra de Villanueva se encuentra en el diseño y ejecución de la Ciudad Universitaria de Caracas, obra modernista e integradora de las artes, culminada en la década de 1950 bajo el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez.
 
Se puede decir. Que tanto el Dr. Antonio José Castillo como el Arquitecto Villanueva fueron los primeros y últimos diseñadores de la arquitectura y urbanismo universitario postgomecista, aunque cada uno desde su perspectiva y responsabilidad. También se debe decir que otra importante obra de Villanueva, realizada como Profesor de la Universidad Central de Venezuela, fue la formación de una importante tendencia de arquitectos contemporáneos orientada hacia la integración de la sociedad, la naturaleza y las artes.
 
Por su parte, el Rector Antonio José Castillo Machado, había nacido en Caracas, parroquia Catedral el 12 de abril de 1897, hijo del Dr. Juan Francisco Castillo y de la Sra. Amelia Machado, siendo su padre un importante político, como ministro, gobernador y parlamentario durante los gobiernos de los generales Guzmán Blanco, Joaquín Crespo y Cipriano Castro. El futuro Rector de la UCV hizo sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Sucre de Caracas, bajo el cuidado de eminentes pedagogos como Núñez Ponte, Luis Espelosín y el Cronista de la UCV Juan de Dios Méndez y Mendoza. Los estudios de medicina los realizó, entre 1915 y 1920, con la universidad cerrada por la tiranía gomecista entre 1912 y 1922, pero estudiando bajo un régimen especial al cuidado del Dr. Luis Razetti en una Escuela “semiprivada” que funcionaba en el viejo Instituto Anatómico de la Esquina de San Lázaro, cercano al Hospital Vargas de Caracas. Obteniendo así, con algunos compañeros, los títulos de Médico Cirujano que eran conferidos por el Consejo Nacional de Instrucción en nombre de la UCV.
 
Desde 1923 el médico Antonio J. Castillo se inició como profesor den la Cátedra de Cínica Quirúrgica de la UCV y en el Hospital Vargas hasta 1946 año de su fallecimiento a los 49 años. En 1925 logra hacerse Doctor en Medicina de la UCV, Trabaja en la Cruz Roja Venezolana y contribuye a fundar modernas Clínicas privadas como la “Policlínica Caracas” y la “Luis Razetti”. Por decreto del presidente Eleazar López Contreras fue designado Rector de la UCV en el tumultuoso año de 1937 para un primer período, logrando estabilizar internamente la institución sacudida por el proceso de transición del gomecismo hacia una moderada transición democrática. Presidiendo el Consejo Universitario se realizó la primera solicitud al poder ejecutivo para modificar los edificios e instalaciones de la UCV, en sesión del 15 de febrero de 1938, comenzaba a vislumbrarse así la idea de una Ciudad Universitaria para Caracas; con la mira en terrenos de la Hacienda Sosa en El Valle, la zona de El Pinar de la Urbanización El Paraíso, al Norte de la ciudad adyacentes al Hospital Vargas y, finalmente, la Hacienda Ibarra, en pleno centro-este del valle de Caracas, siendo ésta la opción que se impuso finalmente.

Entre el 13 y el 14 de enero de 1941 el Dr. Juan F. Castillo ganó en las votaciones para elegir una terna que fue presentada al poder ejecutivo, quien lo designó como Rector de la UCV para su segundo período. En agosto de 1941 el Rector es comisionado por el presidente Medina Angarita para visitar y gestionar apoyo en universidades centroamericanas, de México y de los Estados Unidos de Norteamérica; obteniendo así el apoyo de instituciones como la Carnegie Sodowment y la Rockefeller Foundation, así como también por el Comisionado de Educación Pública de los EE.UU. John Studebacker y la Asesoría del Dr. Frank Mc Vey expresidente de la Universidad de Kentucky. En base a estos estudios y asesorías realizadas el Rector Castillo presentó un célebre Informe al gobierno nacional donde diseñaba textualmente la futura Ciudad Universitaria con todos sus detalles en cuanto a edificios, urbanismo, jardines, servicios, etc.

En esta labor acompañaron al Dr. Castillo los miembros de la Comisión del M.O.P. como el Arquitecto Carlos Raúl Villanueva y los ingenieros Armando Vegas y Guillermo Herrera Umerez, además contando con el valioso apoyo de los doctores Rafael Pizani y Elías Toro. El 11 de mayo de 1943 el Dr. Oscar Machado Zuloaga presentó el avalúo de la Hacienda Ibarra por un monto de Bs. 6.530.571, oo para la adquisición que fue financiada en gran parte por los bancos Venezolano de Crédito y Mercantil y Agrícola. Finalmente, el presidente Medina decretó la creación del Instituto de la Ciudad Universitaria (ICU) el 2 de octubre de 1943, ente encargado de realizar las obras que se prolongaron hasta los años de 1950.
 
El Rector Castillo terminó su gestión en 1943, cediendo el cargo al Dr. Rafael Pizani. Una arteriopatía obliterante de los miembros inferiores le llevó a la amputación de ambas piernas, condición agravada por una diabetes y el hábito de fumador persistente. La visita de la muerte a este noble Rector de la UCV en 1946 no detuvo las obras de aquellos 42 edificios programados para unos 5.000 estudiantes, como lo había ideado el propio Castillo. Hoy, 70 años más tarde, entendemos que la Ciudad Universitaria de la UCV fue una obra colectiva, que recientemente apenas está recibiendo un mantenimiento físico, luego de 23 años de haber sido declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, lo cual celebramos profesores y estudiantes pese a las duras condiciones infrahumanas de sueldos, becas y servicios que perturba seriamente la vida académica.

ANB Cronista de la UCV
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