En diciembre 1973 escribió el prólogo de su utilísimo libro Plantas de las sabanas llaneras, que en octubre 1974 sería publicado en Caracas por Monte Avila Editores, C.A. Así el profesor Mauricio Ramia, ingeniero agrónomo, botánico, ecólogo vegetal y estudioso del Llano, puso al alcance de todos los interesados un excelente catálogo descriptivo de las plantas de las sabanas llaneras. En especial de aquellas de importancia en el pastizal , como del área límite y de las plantas forrajeras introducidas.

De la utilidad del libro doy siempre cuenta entre mis mejores recomendados, y el ejemplar que recién publicado adquirí, desde entonces bien cuidado todavía me acompaña en cada viaje al Llano junto a otro libro última edición referencia de mi profesión: el Merck Veterinario. Y es que para conocer de la botánica sabanera llanera, no hay libro de mano además ilustrado, mejor que el del profesor Ramia. En sus 287 páginas, describió 555 especies, indexando 280 de ellas con sus nombres llaneros y sus equivalentes latinos.

Sobre los nombres llaneros enfatizó el profesor Ramia que “es necesario aclarar que la nomenclatura llanera de las plantas de las sabanas llaneras es pobre en vocablos y generalmente imprecisa.” (…) “Hay veces un mismo nombre se refiere a más de una especie; igualmente la planta puede tener más de una denominación, no solamente para separadas regiones sino incluso en el mismo lugar.”

Fue el profesor Ramia muy distinguido docente investigador de la UCV, en las facultades de Agronomía (donde se graduó de ingeniero agrónomo) y de Ciencias, siguiendo estudios en Louisiana State University y North Carolina State College. Como estudioso del Llano, contribuyó al mejor conocimiento de su Botánica y Ecología Vegetal, publicando múltiples trabajos y dictando cursos y conferencias. Cinco décadas después, sigue igual de vigente en su advertencia: “Las sabanas son un recurso natural renovable y como tal deben ser manejadas. Estos amplios pastizales no están siendo aprovechados debidamente e incluso están sufriendo deterioro por no usarse en forma correcta. Solamente cuando conozcamos los principios ecológicos de este valioso ecosistema conseguiremos un máximo provecho actual y la garantía de su conservación para las futuras generaciones”.