Lleno de obstáculos que vencer está el camino por delante al bienestar y desarrollo que los venezolanos debemos recorrer. De el nos alejó desde 1999 el Castro-comunismo y sus agentes cubanos y nacionales, que se adueñaron de Venezuela, convirtiéndolo en una réplica exacta de la Cuba revolucionaria tiranizada y paupérrima. Así rápidamente, procedió como obra extraordinaria y única de gobierno a dos manos desde La Habana y Caracas, la pauperización brutal de Venezuela. Esta condujo a nuestro otrora rico país petrolero de la América del Sur, a liderar todas las estadísticas mundiales del atraso, distinguiéndose particularmente en las del hambre y la miseria, la inflación y devaluación, la corrupción, y últimamente la de emigración de su población que alcanzará este año a 8 millones de venezolanos refugiados y exilados en todo el mundo.

Como vemos, quienes aquí vendieron exitosamente el “Socialismo del siglo XXI” como la panacea a los males de la cuarentona democracia venezolana, probaron ser como veían venir: unos tremendos farsantes. La revolución “bolivariana” regresó al país al siglo XIX superando en anarquía y atraso la de entonces llamada Restauradora. Los “bolivarianos” no sólo empobrecieron al país y a los venezolanos, si no que lo depredaron y siguen depredando de todas sus riquezas. Hoy son más pobres todos aquellos que engañaron con el discurso del odio de clases y el anti capitalismo mediante la demagogia y populismo. Y también más pobres serán los que todavía engañan o se dejan engañar a cambio de una bolsa de comida, un bono o cualquier otra prebenda.

Dado el enorme apetito del monstruo Estado depredador que a Venezuela devora, el saqueo del país no para, demostrado por el más absoluto desprecio por las penurias de la población 95% hoy pobre. Del más reciente despilfarro a la vista, se alza un nuevo estadio de beisbol en Caracas de 70 millones de dólares, mientras no hay ni curitas en los hospitales públicos y las escuelas, liceos y universidades se caen sin presupuesto en pedazos. Ciertamente la revolución y los revolucionarios “bolivarianos” probaron ser un fracaso. Por eso dejándolos para siempre atrás, el camino por delante de lo venezolanos es el del restablecimiento pronto de la libertad, democracia y estado de derecho, fundamentales para alcanzar la vía al bienestar y desarrollo,

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