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Benesuelandia hoy

Sobre cómo sobrevivir en Benesuelandia hoy día con la inflación más alta del mundo, los benesuelandos y benesuelandas son un enigma mundial, pues mueren o emigran callados

  • PEDRO E. PIÑATE B.

19/01/2023 05:01 am

Del país rico petrolero y moderno de la América del Sur que era la República de Venezuela tal como lo conocía el Mundo y vivimos los venezolanos hasta diciembre 1998, hoy no queda ni la estatua de Cristóbal Colón, el descubridor. Desde entonces ha sido saqueado y destruido sistemáticamente por la barbarie revolucionaria y el Castro-comunismo que se adueñó y domina el país por medio del hambre, miedo e ignorancia, forzando la emigración de 7,1 millones de venezolanos que sigue en aumento.

Renombrando la República como “Bolivariana” de Venezuela, y deshonrando al Libertador, el régimen convirtió la nación en una repúbliqueta de primera pero entre las últimas del Tercer Mundo. Así es común oír y hablar de Benesuelandia para referirse muchos al nuevo país destruido, imagen y semejanza del paraíso comunista soñado por sus ilegítimos regentes y sus tarifados seguidores.

Sobre cómo sobrevivir en Benesuelandia hoy día con la inflación más alta del mundo, los benesuelandos y benesuelandas son un enigma mundial, pues mueren o emigran callados. Y es que sobreviven milagrosamente con solo 7,5 dólares al mes de nuevo salario mínimo o pensión, no echan de menos el agua corriente que hace años falta o falla en sus vivienda como la intermitente luz, y de la escasez y alto precio de la gasolina no se preocupan pues dejaron de poseer o soñar poseer carro alguno por el resto de sus vidas. Tampoco los ocupan necesidad alguna de vivienda propia o alquilada. Si no viven ya un rancho de una invasión saben que nadie está construyendo comenzando por el régimen que hace rato dejó de construir viviendas sociales para su demagogia y sin embargo alardea de “millones” de unidades habitacionales nuevas construidas.

Por lo demás, solo sorprende al visitante en Benesuelandia, el enorme contraste entre la pobreza y miseria de los benesuelandos y benesuelandas, y la opulencia de quienes gobiernan y sus “enchufados”. El “gap” o brecha socioeconómica es tan grande con el común de los mortales que la estadística de 95% de gente pobre luce corta, desactualizada porque la clase media se agota y pasa a ser pobre. Como en Benesuelandia, la perspectiva de prosperar se limita a la clase regente y sus enchufados, solo el cambio que ha de venir mantiene viva la esperanza ciudadana. Ciertamente “Para el que está entre los vivos, hay esperanza” (Eclesiástes 7:27 9:10)

ppinate@gmail.com
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