Al parecer no hubo un temprano consenso en la historia de que la tierra era redonda. Copérnico y otros astrónomos y físicos refutaron esa tesis y hasta el sol de hoy se originó un debate con numerosas posiciones en pugna. Así pasa con las relaciones internacionales. Por varios siglos predominó una visión pública de las cosas, con el Estado como estandarte. Esto ya no es así.

Y no lo es ya que están convergiendo en una simbiosis aglutinadora diversas opiniones sobre la composición y conformación del orden mundial. Este, por cierto, está cada día más cuestionado. ¿Por dónde debemos empezar para entender lo que está pasando? De entrada, debemos llamar la atención sobre la ruptura del estatus quo global.

Por más de 70 años predominó la visión estrecha del concierto de Estados heredada de cuatro momentos de construcción del orden mundial. Nos referimos a la Paz de Westfalia en 1648, al Congreso de Viena en 1815, La paz de Versalles en 1919 y la conferencia de Potsdam en 1945. Todos estos hitos diplomáticos sirvieron para la reconstrucción de un mundo que en cada caso había quedado fracturado.

Al igual que el debate sobre la forma de la tierra, han surgido diversas interpretaciones sobre lo que está pasando en la actualidad y sobre el eventual cambio de época, a partir de la propagación del coronavirus COVID 19 y la invasión de Rusia en Ucrania. Sugerimos que el corte entre el pasado de orden y este desorden estructural comenzó precisamente después de Potsdam. ¿Qué queremos expresar con esto? Lo que se quiere plantear es que en ninguna de estas fechas se cerraron las compuertas a la violencia, a la generación de actores no estatales y al conflicto generalizado.

Es decir, en cada momento descrito hay anomalías y no hay consenso sobre lo que cada proceso significó para la paz mundial. En el caso de Westfalia, no todos los actores eran Estados tal como lo conocemos hoy. En el ejemplo de Viena no se pudo repartir el globo. Acerca de Versalles, quedó pendiente el caso de Alemania (algo fundamental para comprender la “revancha” que vino más tarde). Con respecto a Potsdam, ahora es que estamos observando como en ese momento se le dio “puerta franca” a la guerra fría, un orden mundial sostenido por la amenaza nuclear.

En fin, estamos asistiendo al derrumbe de este período de la política internacional, cuando uno de los protagonistas de esas prácticas, Rusia, se convierte en un actor ofensivo y culpable en alta suma de dilapidar la herencia recibida en 1945. No se trata de decir que se vivió hasta hoy en una nube celestial. De hecho, es en esta época que se han manifestado con más fuerza los desarreglos geopolíticos los organismos multilaterales y las organizaciones no gubernamentales, más lo que significa el papel que juegan lo mediático, lo virtual y las telecomunicaciones.

Para finalizar estas notas debemos recordar como la previsión de lo nuclear está acompañado por un número creciente de temas sociales como la migración y el desamparo de la población menos favorecida en diversas áreas del planeta.

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