Confieso que no había tenido en el radar a don Rodolfo Hernández pero, una vez analizado, he descubierto a un tipo genial.

Las acusaciones de misógino, machista, xenófobo y “derechista” (si es que eso es definición de algo) son producto o de la estupidez politico-correctista o de la tergiversación malintencionada. No tiene nada que ver con la insensatez de un supuesto “Trump Colombiano”, ni similitud alguna con el gorila de Bolsonaro.

Don Rodolfo es un ingeniero que se hizo millonario con proyectos de construcción y luego decidió lanzarse a alcalde de Bucaramanga (600 mil habitantes) causando una revolución política por su forma atípica de gobernar. A sus 77 años, a Don Rodolfo hay que definirlo como independiente, capitalista y progresista.

El viejito ya gobernó una ciudad que acaba de darle su respaldo (60% de la votación), y aunque lo acusan de machista, tanto en su tren gerencial de la alcaldía como en su actual equipo de campaña hay mayoría femenina; y ha anunciado que, en caso de ganar, la mitad de su gabinete serán ministras. Apoya el derecho al aborto, está a favor de la legalización de la mariguana, el matrimonio gay (y su derecho a adoptar), propone políticas ambientalistas, reducir el IVA y destinar el presupuesto más alto del Gobierno a la educación.

Ha anunciado que restablecerá relaciones con Venezuela, pero no por coincidencias con el régimen (motivo por el que lo hará Petro) sino por pragmatismo político con un país históricamente hermano. Seamos pues realistas y aceptemos la evidencia de que seguimos teniendo relaciones clandestinas a lo largo de la frontera y que el gobierno de Venezuela no está en manos de Guaidó.

Profundizará los acuerdos de paz a pesar de que la guerrilla secuestró a su padre y a su hija (finalmente asesinada).

El arte de las elecciones es saber escoger al “menos peor” porque, como dijo Churchill: “La democracia es la peor forma de gobierno con la excepción de todas las demás”. Si yo fuera colombiano votaría por Hernández.

@JorgeSayegh