La agricultura moderna es sustentable con tecnología, y en lo que concierne a Venezuela, es necesario advertir que el desdén y abandono oficial de todo lo que es agrícola en nada ayuda. De allí el atraso del sector primario de la economía imposibilitado de desarrollarse disminuyendo la brecha agro-tecnológica con el mundo desarrollado. Mientras la población empobrecida que es el 95% del total país sufre los embates de la mal nutrición y el hambre, tanto por la carestía de los alimentos como porque no se producen suficientes. Esto aún habiendo emigrado más de seis millones de compatriotas que de haber permanecido harían aún más evidente y crítica la hambruna y debacle nacional por aquello de su mayor demanda de alimentos como de servicios y demás bienes inexistentes en el país.

Sobre el tema es importante que todos los venezolanos estén conscientes que el desarrollo de nuestra agricultura es fundamental para resolver el hambre y la malnutrición que nos abate y condena al fracaso, dada la incapacidad de alimentarnos bien. Debiendo ser más productiva y sustentable año tras año, la agricultura nacional exige de tecnología de punta, de avanzada. No solo para producir más y mejor en armonía con el ambiente, sino además para enfrentar el cambio climático.

Porque la adopción de tecnología agrícola por nuestros agricultores requiere de inversión tanto pública como privada, dar seguridades permanentes a la inversión y los inversionistas resulta obligado si se quiere avanzar. Así las invasiones y despojos de fincas y tierras, el cuatrerismo y bandolerismo en el campo deben detenerse por completo en todo el territorio nacional. Caso contrario será muy difícil que la tecnología sea disponible en escala suficiente para provocar mejoras sustanciales en producción y productividad que se traduzcan en mayor oferta agroalimentaria, costo-efectividad agrícola y precios estables de alimentos.

Esperando que esta década de los 2020 sea una de grandes cambios nacionales, en lo que respecta a nuestra agricultura la adopción de tecnología es sin duda uno de sus mayores retos. Con tecnología puede el campo venezolano avanzar rápidamente desde el nivel de atraso que el ideario Castrocomunista y el estatismo autoritario y abusivo, lo condena. Sin tecnología la competitividad agrícola y las exportaciones son utopía.

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