Temible operario del recontra-espionaje.
Lo que más me sorprende de haber descubierto que el magnate y “diplomático” colombiano le dio información a la DEA sobre las operaciones del narcotráfico en Venezuela, es que alguien se sorprenda. No es que había que suponerlo de antemano y sin indicios pero, una vez revelado, me parece lo más lógico del mundo -y me recuerda a la ridícula batalla del puente de Altamira cuando Leopoldo López se teletransportó desde El Junquito y hasta Trump creía que la CIA tenía un convenio de insurrección con Padrino y el Moreno Maikel- que un miembro de la pandilla chavista le haga creer al gobierno de EEUU que quiere traicionar a sus amos, cuando en realidad sólo se lo está vacilando.
Claro, lo que no se esperaba nuestro súper agente tropical es que el gobierno de un archipiélago africano perdido entre las aguas del Atlántico actuaría con minuciosa legalidad internacional y terminaría extraditado a las garras judiciales de los intrincados tribunales americanos.
Para cuando escribo estas líneas el gobierno no ha hecho aún ninguna declaración oficial al respecto. Sin embargo, los tweets de su esposa Camilla pueden darnos una sugerencia de hacia dónde irán los tiros. Igual que en las películas de espionaje, en la vida real los gobiernos niegan que sus agentes hayan actuado bajo sus órdenes cuando son atrapados.
La estrategia comunicacional del régimen venezolano es igual de caraetabla pero aparentemente solidaria. Sencillamente aseguran que cualquier acusación contra sus comisionados secretos es una patraña que pretende enlodar la reputación impoluta de la y-que revolución bolivariana. Allí siguen los narcosobrinos convictos y condenados, pero el discurso oficial en Venezuela sigue negando su culpabilidad.
Si Ud. cree, querido lector, que el corazoncito gubernamental está roto o que ya no podrán argumentar la inocencia de Saab, permítame que lo baje de esa nube. Sencillamente apelarán al viejo truco de “el imperio miente”.
@JorgeSayegh
Lo que más me sorprende de haber descubierto que el magnate y “diplomático” colombiano le dio información a la DEA sobre las operaciones del narcotráfico en Venezuela, es que alguien se sorprenda. No es que había que suponerlo de antemano y sin indicios pero, una vez revelado, me parece lo más lógico del mundo -y me recuerda a la ridícula batalla del puente de Altamira cuando Leopoldo López se teletransportó desde El Junquito y hasta Trump creía que la CIA tenía un convenio de insurrección con Padrino y el Moreno Maikel- que un miembro de la pandilla chavista le haga creer al gobierno de EEUU que quiere traicionar a sus amos, cuando en realidad sólo se lo está vacilando.
Claro, lo que no se esperaba nuestro súper agente tropical es que el gobierno de un archipiélago africano perdido entre las aguas del Atlántico actuaría con minuciosa legalidad internacional y terminaría extraditado a las garras judiciales de los intrincados tribunales americanos.
Para cuando escribo estas líneas el gobierno no ha hecho aún ninguna declaración oficial al respecto. Sin embargo, los tweets de su esposa Camilla pueden darnos una sugerencia de hacia dónde irán los tiros. Igual que en las películas de espionaje, en la vida real los gobiernos niegan que sus agentes hayan actuado bajo sus órdenes cuando son atrapados.
La estrategia comunicacional del régimen venezolano es igual de caraetabla pero aparentemente solidaria. Sencillamente aseguran que cualquier acusación contra sus comisionados secretos es una patraña que pretende enlodar la reputación impoluta de la y-que revolución bolivariana. Allí siguen los narcosobrinos convictos y condenados, pero el discurso oficial en Venezuela sigue negando su culpabilidad.
Si Ud. cree, querido lector, que el corazoncito gubernamental está roto o que ya no podrán argumentar la inocencia de Saab, permítame que lo baje de esa nube. Sencillamente apelarán al viejo truco de “el imperio miente”.
@JorgeSayegh
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones