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Hermanas Touza: deuda pendiente

Tres hermanas que desde Ribadavia, un pequeño pueblo gallego, lograron tejer una red con infraestructura rudimentaria, en la que habían involucrado a muchos, que arriesgando sus vidas, ayudando a cruzar a Portugal, a cientos de judíos

  • DAVID BITTAN OBADÍA

19/12/2021 05:06 am

Hace un tiempo gracias a mi querida amiga Mayra , conocí a Julio Touza Rodríguez, uno de los mejores arquitectos de España, desde el primer instante sentí que estaba sentado frente de un ser humano extraordinario con un ADN, cargado de principios y valores, de esos que hoy no se ven a menudo.

Hablamos de su abuela y de las hermanas de ella; una historia que todavía no esta lo suficientemente honrada.

Se trata de: Lola, Amparo y Julia Touza Domínguez, tres hermanas que, desde Ribadavia, un pequeño pueblo gallego, lograron tejer una red con infraestructura rudimentaria, en la que habían involucrado a muchos, que arriesgando sus vidas, ayudando a cruzar a Portugal, a cientos de judíos, consiguiendo salvarlos de la muerte. Los Judíos llegaban desde Francia a España intentando a través de Portugal viajar a Sudamérica y Estados Unidos

En 1941, hermanas Touza , regentaban un pequeño establecimiento en la estación de tren que solo está a 20 kilómetros de Portugal, allí vieron a un de un hombre de buen aspecto que tenía varias horas sentado en la estación; un forastero al que sin conocerlo le ofrecieron ayuda y éste les cuenta que era judío e intentaba escapar del infierno de los nazis.

La Gestapo, visitó en más de una ocasión el pueblo de Ribadavia y nunca consiguieron nada.

“La historia permaneció oculta hasta que, en 1964, un viejo judío de Nueva York quiso saber qué había sido de aquella mujer que una noche sin luna le había ayudado a cruzar la frontera hacia la libertad. La investigación llegó a las manos del escritor Antón Patiño, que juró no contar la historia hasta que las tres hermanas hubiesen fallecido”.

Julio Touza, hoy cuenta la historia en voz baja si pretender reconocimiento, con la misma humildad que su abuela, y convencido que hubiese hecho lo mismo.

Galicia es una tierra bendita, pero en Rivadabia hubo historias que nunca dejaron de conectar a gallegos y judíos, porque lo judíos eran también gallegos.

Hay presencia judía en España desde el Siglo II. Los hebreos vieron pasar a todos los que habitaron el solar ibérico: romanos, visigodos, fenicios, griegos, cartaginenses, y son ellos los únicos que sobrevivieron y se han mantenido ininterrumpidamente allí.

Ribadavia cobra importancia, para el mundo judío sobre todo, a partir de 1065, cuando el rey García la elige como capital durante su breve reinado en Galicia, fue allí cuando se incrementa una mayor presencia de judíos, atraídos por las posibilidades que ofrecía la corte.

Cada día comprendo mucho más mi estrecha cercanía a los gallegos, porque vivo esas sensaciones tan espectaculares cuando a menudo piso esa tierra, y porque Chela, Ricardo, Consuelo, el Lelo, Inocencio, Alejandro y Mamut entre otros son parte de nuestra familia y sobre todo porque al escribir estas líneas estoy tan conectado con los Touza.

Querido Julio: “Quien salva una vida, salva a la humanidad“, que orgullo tan grande el de ser el nieto de una mujer justa y noble, recuérdate de algo ”Siempre habrá un por qué”.

Las hermanas Touza han sido unas heroínas y dejaron este mundo sin haber recibido reconocimiento, pero así lo quisieron ellas. ¡Honor a su recuerdo!

davidbittanobadia@gmail.com

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