La nueva cepa del bicho, Ómicron, genera angustia e incertidumbre; se trata de una nueva variante que tiene 32 mutaciones en la proteína del pico, como lo explican los científicos.
Los primeros casos fueron identificados en Botsuana y posteriormente en otras regiones de Suráfrica. No hay un "paciente cero" identificable, entonces unos piensan que la cosa es producto de la alta carga viral en algunos países del mundo, donde hay poca vacunación, otros, como yo, seguimos pensando que hay una intención de los mismos creadores del virus , que quieren que esta película continúe y van sacando las distintas versiones
-pero se olvidan de una cosa: no hay crimen perfecto.
Por su parte la OMS sigue con el despiste que les caracteriza; en lugar de hacerse eco de las malas noticias, y después del desastre que causaron en noviembre de 2019, deberían estar trabajando en una campaña de vacunación masiva a nivel mundial y así tratar de convencer a los países ricos de que la única manera de salir de esta pandemia es llevando vacunas a todos los rincones del mundo, a los países pobres y también a los países donde no nos gusta su forma de gobierno porque están bajo dictaduras, así se evita la contaminación en otras latitudes. La vacuna debe de ser ya un derecho humano.
Cada vacuna rechazada por un antivacunas hay que destinarla a un ciudadano de los países en los que no hay acceso a las mismas. Hay que vacunar al mundo entero con las vacunas reconocidas de los laboratorios que han aportado datos fehacientes relacionados con ellas.
Yo puedo comprender que los rusos no quieran dar la fórmula de su vacuna porque, seguramente, comparadas con otras, las suyas “no tienen vida”, pero que los chinos, con la responsabilidad que tienen en todo esto, se nieguen a informar de los estudios realizados y no publiquen nada acerca del contenido de su vacuna es realmente inaceptable, pues millones de personas que se han vacunado con esas vacunas no son aptos para recibir el pasaporte sanitario en los países desarrollados. Por cierto, los chinos vacunados con su vacuna no deberían de estar dando vueltas libremente por el mundo hasta que su gobierno revele la formula.
En las primeras observaciones que se están realizando de esta nueva variante, los científicos están notando que se trata de un virus más transmisible, pero menos severo, lo que podría convertir a Ómicron en un catalizador para transformar una pandemia mortal en algo más parecido a una gripe estacional. Obviamente, esto debe ir acompañado de una campaña mundial agresiva de vacunación, con exigencia del pasaporte sanitario, aislando a los que no se quieren vacunar sometiéndoles a PCR para todo, hasta que sus narices ya reventadas les obliguen a pincharse y no vengan ahora a criticarme diciéndome que esto es discriminación.
Los no vacunados no pueden beneficiarse de los que, hemos extendido nuestros brazos como conejillos de Indias para recibir el pinchazo ; menos aún esa gentuza que se mueve por motivos políticos: que en definitiva son los mismos que están desestabilizando al mundo.
Ojalá que Ómicron sea el principio del fin; luego ya buscaremos a los responsables, pero como dice mi amigo Shain, “eso está más que cantado”.
davidbittanobadia@gmail.com
Twitter: @davidbittano
Los primeros casos fueron identificados en Botsuana y posteriormente en otras regiones de Suráfrica. No hay un "paciente cero" identificable, entonces unos piensan que la cosa es producto de la alta carga viral en algunos países del mundo, donde hay poca vacunación, otros, como yo, seguimos pensando que hay una intención de los mismos creadores del virus , que quieren que esta película continúe y van sacando las distintas versiones
-pero se olvidan de una cosa: no hay crimen perfecto.
Por su parte la OMS sigue con el despiste que les caracteriza; en lugar de hacerse eco de las malas noticias, y después del desastre que causaron en noviembre de 2019, deberían estar trabajando en una campaña de vacunación masiva a nivel mundial y así tratar de convencer a los países ricos de que la única manera de salir de esta pandemia es llevando vacunas a todos los rincones del mundo, a los países pobres y también a los países donde no nos gusta su forma de gobierno porque están bajo dictaduras, así se evita la contaminación en otras latitudes. La vacuna debe de ser ya un derecho humano.
Cada vacuna rechazada por un antivacunas hay que destinarla a un ciudadano de los países en los que no hay acceso a las mismas. Hay que vacunar al mundo entero con las vacunas reconocidas de los laboratorios que han aportado datos fehacientes relacionados con ellas.
Yo puedo comprender que los rusos no quieran dar la fórmula de su vacuna porque, seguramente, comparadas con otras, las suyas “no tienen vida”, pero que los chinos, con la responsabilidad que tienen en todo esto, se nieguen a informar de los estudios realizados y no publiquen nada acerca del contenido de su vacuna es realmente inaceptable, pues millones de personas que se han vacunado con esas vacunas no son aptos para recibir el pasaporte sanitario en los países desarrollados. Por cierto, los chinos vacunados con su vacuna no deberían de estar dando vueltas libremente por el mundo hasta que su gobierno revele la formula.
En las primeras observaciones que se están realizando de esta nueva variante, los científicos están notando que se trata de un virus más transmisible, pero menos severo, lo que podría convertir a Ómicron en un catalizador para transformar una pandemia mortal en algo más parecido a una gripe estacional. Obviamente, esto debe ir acompañado de una campaña mundial agresiva de vacunación, con exigencia del pasaporte sanitario, aislando a los que no se quieren vacunar sometiéndoles a PCR para todo, hasta que sus narices ya reventadas les obliguen a pincharse y no vengan ahora a criticarme diciéndome que esto es discriminación.
Los no vacunados no pueden beneficiarse de los que, hemos extendido nuestros brazos como conejillos de Indias para recibir el pinchazo ; menos aún esa gentuza que se mueve por motivos políticos: que en definitiva son los mismos que están desestabilizando al mundo.
Ojalá que Ómicron sea el principio del fin; luego ya buscaremos a los responsables, pero como dice mi amigo Shain, “eso está más que cantado”.
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