Suposiciones, mal hábito
El ser humano tiene la tendencia a dar mayor importancia a las noticias malas. Pero, Una teoría dice que esto se debe al instinto de supervivencia
Realizar una suposición es dar por hecho algo sin molestarnos en buscar pruebas para apoyar otra explicación o razonamiento. Es alcanzar una explicación y reforzarla con pensamientos y comentarios propios que la validan. El problema es que la persona que supone, generalmente termina creyendo aquel hecho “creado” por él mismo. Lo más grave es que, en muchos casos, más tarde ni siquiera recuerda el origen de tal afirmación. Por eso, como vemos, es muy frecuente que una simple suposición generada por la “sencilla costumbre de hablar de los demás” termine transformada en un rumor falso y, en definitiva, en una mentira.
Suponer puede arruinar la reputación de otra persona, porque, aunque tú enfatices que estás expresando tu opinión solamente y no un hecho, cuando tu declaración ha echado a “correr”, lo más probable es que se omita la parte en que dijiste que no estabas seguro. Y, algo sorprendente, aunque no comentes tus ideas con nadie más, de todos modos, puedes crear una imagen distorsionada de la persona en cuestión en tu propia mente. Y todo por un simple malintencionado suponer…. termina siendo el combustible para fomentar los malos pensamientos, ya sea que el diálogo se mantenga con otra persona o contigo mismo, puedes estar alimentando una mentira, una difamación dirigida a otra persona. Aún si la mentira no es tomada como cierta, puede generar algunas emociones y las emociones son difíciles de borrar
Lamentablemente, la mayoría de las suposiciones que hacemos son negativas. El ser humano tiene la tendencia a dar mayor importancia a las noticias malas. Pero, Una teoría dice que esto se debe al instinto de supervivencia, porque a través del desarrollo del ser humano se prestaba más atención cuando alguien decía: “esa serpiente es venenosa”, que cuando alguien decía “¡qué bonito atardecer!”. Comúnmente, tendemos a suponer que muchas de las cosas que suceden tienen que ver con nosotros personalmente (aunque la verdad es que en la mayoría de las ocasiones ni siquiera figuramos en la historia), que los demás saben lo que nosotros queremos o deseamos, o que los demás reaccionarán igual que nosotros.
Deberíamos evitar las suposiciones, se trate de uno mismo o de otras personas. En cambio, verifiquemos, preguntemos, averigüemos, experimentemos. Así, podemos ahorrar y ahorrarnos unos cuantos disgustos y evitar que se generen y extiendan rumores dañinos e innecesarios. Seguro que todos hemos experimentado con personas que por el solo hecho de darles importancia o tratarlas bien, suponen que queremos algo más con ellos, jajaja que vanidad.
Un drama de una idea errónea, hacer suposiciones de cómo los demás piensan, qué hacen o cómo van a actuar, e incluso llegamos a tomárnoslo como una cuestión personal, culpándoles después por todo ello. Además, también suponemos sobre nosotros mismos, por lo que podemos afirmar que la mayoría de las veces que hacemos suposiciones, nos estamos buscando problemas.
Más vale asegurarnos de que las cosas queden claras y de que por mucho que queramos no sabemos todo de la situación, pues hay que tener en cuenta que existen muchos puntos de vista diferentes al nuestro, cada uno con sus preferencias, que dar todo por hecho. Por lo tanto, si no comprendemos algo, preguntémoslo. Atrevámonos a buscar respuestas.
En fin, no es necesario hacer suposiciones. Es más, el día que consigamos no hacerlas habremos aprendido una nueva forma de comunicación, donde destacará la claridad de nuestras palabras. Si conseguimos establecer una buena forma de comunicarnos, nuestros problemas comenzarán a disolverse, ya que la base de muchos de ellos se encuentra en la creación de las suposiciones.
Eccio Leon
@el54r
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