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Roscio o la libertad

REINALDO ROJAS. Libertad es la gran aspiración de la Emancipación y de esa lucha interna es que nos habla Juan Germán Roscio en “El triunfo de la libertad sobre el despotismo”

  • REINALDO ROJAS

04/06/2018 05:00 am

La historia romántica de nuestra independencia, que aún se sigue enseñando en las aulas escolares, nos ha dejado múltiples vacíos. Uno de ellos es el de haber reducido el origen del Estado venezolano a un hecho de armas y a una larga y sangrienta batalla entre patriotas y realistas, origen –tal vez– de ese maniqueísmo con el cual miramos el pasado y actuamos en el presente. O es blanco o es negro, nada de tonalidades grises. Pero la vida es diversa y la historia discurre entre el azar y la necesidad. Sin embargo, muchos son los que buscan una causa que lo explique todo, sea esta un individuo o un acontecimiento. Pero la realidad es más compleja. Por ejemplo, hay dos conceptos que se cruzan y hasta se hacen sinónimos cuando hablamos del proceso político que dio origen a nuestros estados republicanos en las dos primeras décadas del siglo XIX. Esas dos palabras son independencia y emancipación. ¿Significan lo mismo? Veamos. 

Mientras independencia nos remite a ruptura de lazos de subordinación de una persona o cosa frente a otra, la emancipación tiene que ver solo con sujetos que asumen o conquistan la libertad. El menor de edad, al alcanzar la edad adulta, se libera de la patria potestad y se emancipa de la tutela de sus padres. Eso no significa que se haga independiente. Y viceversa, lograr la independencia no equivale a alcanzar la emancipación que tiene que ver con la condición de libertad que alcanza la persona. Y ¿qué significa la libertad? El poder de obrar o de no obrar, el de escoger o no escoger. Por eso, la emancipación es un tema más subjetivo que objetivo ya que la Libertad comporta deberes y responsabilidades.

Si bien, en 1811 los venezolanos declaramos nuestra intención de hacernos independientes de cualquier dominación extranjera, empezando por la de España, otra cosa es afirmar que con ello logramos la Emancipación. Esa gran revolución cultural que significó la Ilustración tiene más que ver más con emancipación que con independencia. Inmanuel Kant, el gran filósofo alemán, al responder a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?, responde: “La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad”. Y ¿qué significa esa minoría de edad? “La incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro.” Para hacerse ilustrada la persona tiene que emanciparse a través del uso de la razón.

Esa Libertad es, pues, la gran aspiración de la Emancipación y de esa lucha interna y externa es que nos habla Juan Germán Roscio en su libro El triunfo de la libertad sobre el despotismo. Roscio fue uno de los fundadores del Estado venezolano. Su participación en 19 de Abril de 1810 es de primerísima importancia como redactor del acta de aquella memorable jornada. Pero es también el protagonista de los debates que culminaron con la declaración de independencia el 5 de Julio de 1811 y corredactor de nuestra primera Carta Magna, fundadora del Estado venezolano, la Constitución de 1811. Cuando muere, el 10 de marzo de 1821 en la Villa del Rosario de Cúcuta, lo hacía investido como vicepresidente encargado de la Gran República de Colombia, nacida por Ley el 17 de diciembre de 1819 en Angostura del Orinoco. Roscio, el más longevo de nuestros Libertadores, había nacido el 27 de mayo 1763 en San Francisco de Tiznados.

Pero no es por esas actuaciones que hoy se le estudia universalmente como hombre de pensamiento. Es por esa obra publicada por primera vez en Filadelfia en 1817. ¿Cuándo pensó ese tema de la Teología de la Libertad frente a la Teología Feudal sostenedora del Despotismo? ¿Cuándo pudo escribirlo? El título lo enuncia todo. 

El triunfo de la libertad sobre el despotismo, en las confesiones de un pecador arrepentido de sus errores políticos, y dedicado a desagraviar en esta parte a la religión ofendida con el sistema de la tiranía. La historia del libro está por hacerse. Pero sería toda una aventura intelectual seguir su ruta editorial. Primero en Filadelfia, ciudad de Pennsylvania a la cual concurrieron muchos patriotas hispanoamericanos en aquellos años de lucha por la independencia. En esa ciudad, la obra tuvo tres ediciones: la edición príncipe de 1817, por la imprenta de Thomas H. Palmer. Luego una segunda edición en 1821 por la imprenta de M. Carey e hijos y una tercera edición en 1847, cuando ya había muerto Roscio. Entonces ¿quién animó esta tercera edición? 

El lector de habla hispana va a conocer esta obra en la edición que en 1824 se va a realizar en México por parte de Martín Rivera. Un dato curioso es que en 1828, va a ser editada la obra en la ciudad de Oaxaca, a cargo de Juan Oledo y en el 1857, en Ciudad de México, nuevamente sale publicado el libro por la imprenta de Juan R. Navarro. Si el público lector de Filadelfia es una incógnita para nosotros, sí sabemos que uno de sus más ilustres lectores fue el presidente Benito Juárez, por cierto, nacido en Oaxaca y quien puso en vigencia las famosas leyes de la Reforma, en 1857. ¿Cuáles son las ideas fundamentales de este libro? Lo abordaremos en una próxima entrega. 

enfoques14@gmail.com
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