Se cumplieron 20 años de los atentados terroristas del 11 de septiembre a las Torres Gemelas del World Trade Center (Nueva York), perpetrados por 19 terroristas musulmanes de Al Qaida. Cuatro aviones fueron secuestrados para ser estrellados en objetivos distintos: Dos impactaron sobre las torres gemelas, un tercero cayó del lado oeste del pentágono y el cuarto avión voló en dirección a Washington DC, sin embargo los pasajeros lograron desviarlo y se estrello Pensilvania.

La cifra de fallecidos llegó a 3000. Hay 7930 restos humanos sin identificar, que “nunca se borrarán de la memoria del tiempo”, los trabajos de remoción de material duraron un año y el costo de la operación fue de 750 millones $.

15 terroristas eran de origen saudí, y aparentemente algunos de ellos tuvieron contacto con funcionarios diplomáticos saudíes en Estados Unidos, ¿ Que tal? El presidente Biden ya ordenó desclasificar la información del caso, pronto sabemos mas detalles del mismo.

Estos atentados en el corazón de Estados Unidos dieron indicios de la debilidad que existe ante una guerra asimétrica, y eso perjudica a la humanidad. A todos nos conviene un EEUU fuerte.

Recientemente los norteamericanos salieron de Afganistán, por la puerta de atrás, mientras que los talibanes se han multiplicado por 3. Ellos ganaron una guerra sin uniformes, tanques ni aviones: basta con ver el “desfile militar “reciente en Kabul, por la “independencia” , el arsenal de guerra se limita a cuatro carros viejos, unos cuantos cinturones bombas, cuchillos (con los que también degüellan a las mujeres infieles, o a las que manifiestan querer ir a la universidad, manejar o simplemente no se quieren acostar con su esposo maltratador) un Corán y niños menores de 14 años sentados en la parte de atrás de un camión orgullosos por ser futuros mártires. Con ese armamento unos tipos horrendos, vestidos con batas y “cholas” derrotaron al ejército más poderoso del mundo, lo que pasa es que el ejército norteamericano lucha para preservar la vida y para los otros la vida no importa, basta ya de tanto “buenismo” , el mundo hoy es otro.

Al día de hoy no hay un pronunciamiento del mundo musulmán de rechazo al terrorismo, tampoco se han tomado las medidas necesarias para frenar el criadero de terroristas que están en algunas mezquitas, hay miedo de hablar del tema. A esa gente mala no se les censura las redes sociales y mientras occidente llora por sus víctimas, ellos celebran por lo que lograron sus “héroes”.

Si el mundo civilizado no entiende que hay que protegerse del enemigo de manera distinta y que para ellos somos todos infieles, crecerá una islamofofia indetenible que perjudicará a una gran mayoría “buena” de ese universo, que también es culpable por no hacer nada para identificar a los que ellos saben que están radicalizado.

Coincido con mi amigo Augusto: “desde esos atentados el mundo occidental no ha logrado descifrar al fundamentalismo islámico que se pasea enseñoreando por el orbe sometiéndonos cada vez más”.

Mohamed se despidió de su mujer, pesa 15 kilos más de lo que ayer, murmurando en el andén una oración, misma hora, mismo tren, mismo vagón. Nadie sabe adonde va. ( Ricardo Arjona “ Nadie sabe a donde va”).

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