Los Talibanes, grupo terrorista, que ya ha instaurarado un régimen islámico radical el cual, entre otras cosas, impuso castigos físicos, “desde la pena capital en plaza pública, a los latigazos o el corte de miembros por delitos menores"; despojó de cualquier derecho a las mujeres, a las que obligó a cubrirse íntegramente con el burka, a las niñas, a las que prohibieron ir al colegio a partir de los 10 años y erradicó cualquier expresión cultural (cine, música, televisión) o incluso arqueológica.

Se trata de un puñado de impresentables muy asquerosos, que someten a las mujeres amparados por un supuesto dios, que también los premia cuando comenten atentados y los espera en el cielo para ofrecerles 20 vírgenes; ese es el mismo dios, invocado por los terroristas que atentan en Israel, Estados Unidos y Europa.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001, generaron como consecuencia el ataque justificado a Afganistán, en donde se refugiaban los terroristas, entre ellos Osama bin Laden y su banda.

La financiación mayor de los terroristas afganos proviene del exterior, del cobro de vacunas de los talibanes a las empresas extranjeras, es decir, los mismos norteamericanos están financiando a sus verdugos y, por supuesto, el dinero grande que proveniente de la droga.

Miles de hectáreas de opio convierten a Afganistán en el primer productor de esa droga. Esa industria tiene una fuerza laboral impresionante.

Yo me pregunto: ¿dónde queda toda la moralidad del Islam, en donde las drogas no permitidas constituyen una conducta inmoral, que también lleva a la pena capital? ¿Existe acaso alguna justificación especial para los terroristas?

En su momento el Presidente Obama tomó la iniciativa de abandonar Afganistán. Sin titubeo alguno podemos asegurar que los gringos han fracasado en Afganistán y eso es perjudicial para la humanidad. Hoy el presidente Biden ejecuta la salida de Afganistán, dejando atrás en este conflicto, 2300 solados americanos fallecidos, 20 mil heridos y un coste de 2 billones de $. Biden asegura que el ejército Afgano está mas que capacitado para vencer a los talibanes.

¿Hasta cuándo el mundo civilizado tendrá que aguantar a unos maléficos que visten batas largas, usan barbas, viven con armamento de guerra en mano, justifican sus crímenes en nombre de Dios, esclavizan a las mujeres y apuestan por un mundo controversial?

Ahora norteamericanos y europeos están viendo cómo desalojan a su gente de allí y cómo envían contingentes para cuidar embajada e intereses; asimismo, un grupo de miles que colaboraron con las fuerzas internacionales.

Afganistán es una muestra clara de cómo ninguna de las potencias del mundo logró erradicar el terrorismo; hoy la lucha debe ser distinta y para ello es obligado actuar de otra manera, aceptando que la guerra es de culturas, religiosa y entre Oriente y Occidente.

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