Mi amigo BL, me pide que deje un poco el tema político esta semana y que hable de las tantas historias, de las que hemos charlado y la verdad, que hay cosas que uno no deja de leer. Con la llegada de las canas se amplifica nuestra sensibilidad, así pues hay en Rumania una desgarradora historia que jamás se debe de olvidar.

Rumania tiene una deuda pendiente, una sombra, una verdadera mancha; se trata de los mas de 500 mil niños que durante dictadura de Ceaucescu , fueron enviados a orfanatos, auténticos pasillos de tortura y de la muerte. Está documentado cómo en aquellos orfanatos, se abusaba de lo menores, se les violaba y torturaba.

El tirano y sanguinario Nicolae Ceaucescu, mantuvo bajo opresión Rumania desde 1974 hasta 1989. En diciembre de 1989, fue fusilado ¡como debe ser!, junto a su principal cómplice: Elena, su esposa, otra maléfica .

Muchos opinan que los Ceausescu debieron de haber sufrido más y no condenarlo a una muerte tan rápida como la de un disparo, hay peores cosas que la muerte, por ejemplo el martirio sufrido por aquellas inocentes almas: unas criaturas abandonadas.

La dictadura de Ceausescu, fue la última de esta era en Europa, pero definitivamente la más cruel después de la de Stalin.

Al llegar Ceaucescu, al poder la tasa de natalidad de Rumania era muy baja y allí nace su obsesión crear una generación que lo idolatrara. Se prohibieron los métodos anticonceptivos y se perseguía el aborto. Esta política y la gran pobreza obligaba a las madres a tener que abandonar en orfanatos a sus hijos. En los orfanatos se hacia una selección, los discapacitados eran enviados a morir en sitios apartados de Bucarest, específicamente a Cighid una ciudad remota frontera con Hungría, hay documentales terribles donde se ve como vivían, enrejados en el medio de sus propios excrementos, sometidos a castigos corporales. Esos niños eran un desecho social.

Uno de los sobrevivientes de esa historia relata: "Traigo a mi mente constantemente a Celina, a Casandra y a otras educadoras. Recuerdo que sólo podían controlar su frustración a base de violencia. Realmente llegó un momento en que, si te hacías pipí, te golpeaban y te paseaban por todas partes. Y después te pegaban, te humillaban. Dormíamos por el agotamientos de los golpes” . Muchas de las victimas al no poder superar el pasado terminaron suicidándose .

Todavía en Rumania no hay una condena al respecto, queda gente viva a la que hay que enjuiciar, pero sobre todo hay a quienes indemnizar, aquellos que vivieron en esa oscuridad, esa gente que se atreve a contar la historia y que han tratado de reinsertarse en la sociedad. Hoy hay que exigir que Rumania entre tantas cosas que tenga un día para el recuerdo y que sean valientes en reconocer los errores.

Es increíble como nadie se manifiesta, en Estados Unidos, asesinan a una persona de color e incendian ciudades, en Europa lo mismo con los musulmanes, pero Rumania esta muy lejos.

Un pueblo sin memoria esta destinado al fracaso pero un mundo insensible no tiene futuro cierto. Rumania ni perdonar ni olvidar.