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El orgullo heterosexual

Yo me resisto a tener que pedir perdón por cualquier cosa, pues ya lo políticamente incorrecto es lo que hasta hace poco se conocía como normalidad. ¡Ya está bueno!

  • DAVID BITTAN OBADÍA

08/08/2021 05:06 am

Hay una realidad que se inicia bajo el disfraz de la tolerancia, la búsqueda de la igualdad, de las supuestas reivindicaciones sociales de las minorías como los afrodescendientes, sin embargo el peso mayor gira, alrededor de la manipulación del sexo y las novedosas variedades del género.

Ya no me quiero excusar más, promuevo el respeto a las diferencias, pero estoy convencido de que, pretender la igualdad, es una utopía.

Pertenezco a otra época y confieso que estoy en una lucha interna para ver cómo hago para digerir tanta basura; nos están inoculando una irreal normalidad; tratan de dividirnos. En mi dilema he decidido aceptar sólo lo que considere que no va en contra de mis principios, valores y creencias.

“Experimenta", es lo que están vendiéndoles a nuestros hijos y nietos. Hijos de dos personas de un mismo sexo ya es algo muy común, la policía y la religión pasan a convertirse en antivalores; se lucha por erradicar la meritocracia, pues todos tenemos que ser iguales.

La meta principal es la extinción de la institución familiar y la idea surge del nuevo socialismo, que intenta mantener el control absoluto sobre todo, para ejecutar su ingeniería social y “no pueden tolerar el amplio grado de autonomía de la familia porque esa institución es la encargada de educar a los hijos, reproducir y preservar las tradiciones, mantener el patrimonio, las creencias y los valores al margen de todo dirigismo político”. Esa gentuza contraataca con las banderas del aborto, el control de la natalidad, la selección genética, y el pluralismo de género, entre otros.

Ahora resulta que una mayoría, los heterosexuales, nos estamos convirtiendo en una especie de bichos raros. Es aberrante apreciar que la publicidad que más vende es la que lleva fotos de personas de un mismo sexo, besándose. El anticapitalismo deja la lucha de clases para imponernos toda la porquería; el éxito se logra desconociendo principios, borrando y tergiversando la historia. Someter y subordinar al colectivo es la meta.

Hay que hacer resistencia, coordinada y pacífica, pero muy activa, recuperar a todos los niveles la media y las redes sociales y así luchar en contra de este nuevo orden mundial, que unos pocos, con mucho poder, quieren imponernos.

Hay que dejar la financiación de universidades que están apoyando tanta inmoralidad. Va a llegar el momento en el que se crearán círculos para agrupar a los que pensamos distinto: es decir, a la mayoría.

Yo aspiro que mis nietos se eduquen y reúnan alrededor de personas que respeten, la familia, y promuevan la fe y los valores tradicionales; ¡y no me vengan que esto es discriminatorio!

Los vientos que soplan son los grandes inspiradores de las guerras civiles, del auge de movimientos reaccionarios, los cuales se inician con la defensa justificada de ciertas causas, pero terminan en capítulos muy oscuros.

Por lo pronto creo que estamos muy cerca de tener que planificar las marchas del día del “orgullo heterosexual”. Yo me resisto a tener que pedir perdón por cualquier cosa, pues ya lo políticamente incorrecto es lo que hasta hace poco se conocía como normalidad. ¡Ya está bueno!

davidbittanobadia@gmail.com
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