Carúpano y Río Caribe acogieron con alegría la visita del embajador de Francia en Venezuela, Romain Nadal, como parte de un periplo cultural que efectuó por el oriente venezolano, con estadas previas en Puerto La Cruz y Cumaná, donde se ubican esos estupendos centros de cultura que son las Alianzas Francesas.
Con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, el embajador Nadal y su comitiva visitaron las sedes de los programas de cooperación respaldados por Francia. La diplomacia de su país ha favorecido la proyección de la cultura como referente de sus relaciones internacionales.
Los lazos entre Francia y Venezuela han sido fraternos y de mutuo beneficio desde la emancipación. Francia fue de los primeros países que suscribió un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con nuestra nación, en 1834. Los libertadores latinoamericanos y venezolanos se inspiraron en los ideales de la Revolución Americana y la Revolución Francesa, al formar repúblicas democráticas donde debían predominar la libertad, la igualdad la fraternidad (Francia y Venezuela en la era de las luces y las revoluciones, François Delprat y otros autores, Embajada de Francia, Caracas, 2016).
El Precursor Francisco de Miranda fue héroe de la Primera República Francesa. Andrés Bello se inspiró en el Código Civil de Napoleón para la redacción del de Chile. La primera visita de un presidente galo a Suramérica –Charles de Gaulle– comenzó por Caracas, en 1964. Tengamos presente que Arturo Uslar Pietri escribió su novela Las lanzas coloradas en París, donde se radicaron los fundadores del Arte Cinético, Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, así como Darío Pérez-Flores y Juvenal Ravelo.
La gira del embajador Nadal incluyó su peregrinaje por los espacios y casas de los industriosos inmigrantes de Córcega, quienes se asentaron en la península de Paria, los Andes, Guayana, el Zulia y los estados centro–occidentales, contribuyendo de forma significativa al progreso agroindustrial, exportador y socioeconómico de Venezuela durante el siglo XIX y primeras décadas del XX. La Gran Depresión de los años 30, la explotación petrolera y el ciclón de 1933 asolaron las cosechas y la prosperidad agrícola, preindustrial y cultural de la zona hasta nuestros días; recuperables en el futuro.
@lxgrisanti
Con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, el embajador Nadal y su comitiva visitaron las sedes de los programas de cooperación respaldados por Francia. La diplomacia de su país ha favorecido la proyección de la cultura como referente de sus relaciones internacionales.
Los lazos entre Francia y Venezuela han sido fraternos y de mutuo beneficio desde la emancipación. Francia fue de los primeros países que suscribió un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con nuestra nación, en 1834. Los libertadores latinoamericanos y venezolanos se inspiraron en los ideales de la Revolución Americana y la Revolución Francesa, al formar repúblicas democráticas donde debían predominar la libertad, la igualdad la fraternidad (Francia y Venezuela en la era de las luces y las revoluciones, François Delprat y otros autores, Embajada de Francia, Caracas, 2016).
El Precursor Francisco de Miranda fue héroe de la Primera República Francesa. Andrés Bello se inspiró en el Código Civil de Napoleón para la redacción del de Chile. La primera visita de un presidente galo a Suramérica –Charles de Gaulle– comenzó por Caracas, en 1964. Tengamos presente que Arturo Uslar Pietri escribió su novela Las lanzas coloradas en París, donde se radicaron los fundadores del Arte Cinético, Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, así como Darío Pérez-Flores y Juvenal Ravelo.
La gira del embajador Nadal incluyó su peregrinaje por los espacios y casas de los industriosos inmigrantes de Córcega, quienes se asentaron en la península de Paria, los Andes, Guayana, el Zulia y los estados centro–occidentales, contribuyendo de forma significativa al progreso agroindustrial, exportador y socioeconómico de Venezuela durante el siglo XIX y primeras décadas del XX. La Gran Depresión de los años 30, la explotación petrolera y el ciclón de 1933 asolaron las cosechas y la prosperidad agrícola, preindustrial y cultural de la zona hasta nuestros días; recuperables en el futuro.
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