Platón: hombres y gobiernos
PEDRO E. PIÑATE B. Por consiguiente, si hay cinco clases de gobierno, también debe haber entre los particulares cinco clases de almas. No hay duda.
“¿Ves tú alguna otra forma de gobierno que pueda enmarcarse en una especie distinta de éstas?
¿Sabes tú -continué yo- que es necesario que existan tantas clases de caracteres de hombres como formas de gobierno? ¿Acaso crees que esas formas surgen por azar de las encinas o de las rocas, sino de las costumbres de los ciudadanos, que arrastran todo en la dirección de lo que se inclinan?
Yo, ciertamente, [creo] dijo [que no pueden salir] de otro sitio que de allí [de las costumbres].
Por consiguiente, si hay cinco clases de gobierno, también debe haber entre los particulares cinco clases de almas.
No hay duda.
Nosotros ya hemos examinado al individuo que corresponde a la aristocracia, el cual decimos que es bueno y justo.
Lo hemos examinado.
Y así, después de eso, ¿no se debe pasar [examen] a los inferiores, al amante de la victoria y al amante del honor, según la Constitución de Lacedemonia, y a renglón seguido, al oligárquico, al democrático y al tiránico, para que, después de haber visto al más injusto, lo coloquemos frente al más justo y tengamos una observación perfecta de cómo actúa la justicia pura y la injusticia pura [sin mezcla] sobre la felicidad y desdicha del que la posee, para que, confiando en Trasímaco, sigamos [el camino de] la injusticia o, [confiando] en lo que se nos ha hecho ahora evidente, [seguir] la justicia?
Sin ningún género de duda, pues dijo, así debe hacerse.
Así, pues, como hemos empezado por examinar las costumbres de los Estados antes que las de los particulares, para que sea más visible la realidad, así debe examinarse ahora primeramente el gobierno del honor; pues no tengo otro nombre con qué llamarlo, debe llamarse timocracia o timarquía; y examinaremos ante ella al hombre de esas condiciones [que ambiciona el honor]; luego, a la oligarquía y al hombre oligárquico, y enseguida, una vez que hayamos examinado la democracia, lo haremos con el hombre democrático; en cuarto lugar, después de ir al Estado tiránico y de haberlo examinado, y cuando de nuevo hayamos considerado el alma tiránica, intentaremos ser unos jueces aptos para lo que nos hemos propuesto. [¿Te parece?]
El examen y el juicio llegarían a ser de ese modo según la razón, no cabe duda afirmó”.
(La República - Platón)
ppinate@gmail.com
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones