San Petersburgo.- "¡Por favor lleven sus mascarillas!". La petición del metro de San Petersburgo no parece ser muy seguida. A una semana de la Eurocopa 2020, la segunda ciudad rusa vive como si la pandemia de coronavirus hubiera quedado como un recuerdo lejano.

Pero el Covid-19 está bien presente en Rusia, uno de los países más golpeados por la pandemia, que cada día registra miles de nuevos casos y centenares de muertos.

La antigua capital imperial, una de las once sedes en once países, es la ciudad más afectada tras Moscú.

En las calles y en los transportes públicos menos de la mitad de los ciudadanos llevan la mascarilla de manera correcta. La mayoría la baja al mentón o la porta en el bolsillo por si acaso.

Las terrazas de esta ciudad muy turística están llenas de gente debido al buen tiempo y al levantamiento de las principales restricciones en los últimos meses.

"No sirven para nada las mascarillas, todo el mundo ha tenido ya el covid", señala Sergueï Petrov, de 35 años, a la salida del metro.

Una afirmación no respaldada por las estadísticas. "Muchos habitantes de San Petersburgo tienen ya anticuerpos pero es todavía insuficiente, sobre todo porque la vacunación va poco a poco", subraya a la AFP Anton Bartchouk, experto en epidemiología de la Universidad Europea de la ciudad.

Rusia fue el primer país en homologar una vacuna contra el coronavirus, la Sputnik V, pero la campaña de vacunación no ha avanzado como estaba previsto debido a la desconfianza de la población, a pesar de las peticiones del presidente Vladimir Putin.

'Sin miedo' 
Conocida por sus canales y sus palacios de la época zarista, San Petersburgo recibirá siete partidos de la Eurocopa (11 junio-11 julio). Las autoridades han prometido que la seguridad sanitaria de los equipos y de los espectadores está asegurada.

"Estamos seguros de haber tomado todas las medidas contra el Covid-19, no tenemos miedo", señaló la semana pasada Alexeï Sorokine, director del comité de organización de la Eurocopa 2020 en San Petersburgo.

La capacidad del estadio será limitada al 50% y los hinchas deberán llevar una mascarilla en las gradas. Los visitantes extranjeros con un billete especial (Fan-Id) podrán desplazarse a Rusia sin necesidad de una visa para asistir a los encuentros.

"No tengo ninguna duda de que las medidas previstas por la organización en los partidos serán las adecuadas y deberían minimizar los contagios", añadió Bartchouk.

"Lo más preocupante es que la ciudad lleva una vida como si la epidemia se hubiera terminado", continuó este experto, acerca de la ausencia de gestos barrera.

Y las cifras indican que los nuevos casos de Covid-19 en San Petersburgo están creciendo en las últimas semanas. Con sus 5,4 millones de habitantes, actualmente se detectan unos 800 contagios por día.

Un hospital temporal destinado a los enfermos fue reabierto en mayo, tres meses después de su cierre debido al descenso de los contagios.

'Falta de alegría' 
Alexandra Samatouga, quien se dedica a la hostelería, no esconde su alegría de ver "los primeros extranjeros desde hace un año" y relanzar su negocio en un sector muy afectado por la pandemia, que provocó el cierre de las fronteras rusas.

"¡Al fin! Desde abril, cuando se anunció que la Eurocopa se disputaría, todo está reservado aquí", añade.

"Hay suecos, alemanes, finlandeses... Todo el mundo está muy contento, al menos podemos ganar un poco de dinero", continúa.

Según las cifras oficiales, 2,5 millones de turistas visitaron San Petersburgo desde el comienzo de la pandemia, frente a los 10,4 que llegaron en 2019. El número de visitantes extranjeros ha descendido un 90%.

"La gente está falta de alegría, de eventos públicos, emociones positivas, se ve", señala a la AFP Kirill Sanakine, uno de los responsables de la organización de los Juegos, prevista en 2020 pero aplazada un año por la pandemia.

"Esperamos esto desde hace tiempo y vamos a disfrutar", confirmó Andreï Barsoukov, aficionado local.