Atlético de Madrid se impuso por diferencia mínima al Barcelona
La derrota deja descolgado al elenco azulgrana que no pudo aprovechar el empate del Real Madrid en la jornada
Madrid.- Con la expresiva naturalidad que ha asumido su nuevo estilo, el Atlético de Madrid superó también sus complejos ante el FC Barcelona, al que ganó sin matices, mejor que un rival herido, lejos del nivel que se le presupone, nada constante y doblegado por un doble error que aprovechó Yannick Carrasco (1-0) en el minuto 47.
Primero el fallo en el control de Gerard Piqué -luego en el segundo tiempo se retiró lesionado aparentemente de gravedad en la rodilla derecha- y después la salida exagerada o incomprensible, por la distancia que recorrió fuera de su portería, de Ter Stegen, facilitaron el único gol del partido al borde del descanso, destacó ultimahora.es.
El detalle que solucionó el triunfo del equipo rojiblanco, pero no puede ser una excusa para un Barsa al que faltó agresividad, intensidad y personalidad. También juego, aunque su empeño final le acercó a un empate impensable minutos antes. A nueve puntos del Atlético, la reflexión es necesariamente inmediata. Todo lo contrario que para el bloque de Simeone, que crece sustancialmente.
No es una victoria sin más para el Atlético. Supone la indudable confirmación de esa temporada evolución palpable de this, más allá de la explicación de la presencia de Luis Suárez, quien este sábado era baja por Covid-19. También la reafirmación de sus números de líder. Y la primera vez que gana Simeone a ese adversario en el campeonato. Intento al decimoctavo. Eso le da aún más dimensión a su triunfo, como las 24 jornadas seguidas invencible en la Liga o como los 19 encuentros oficiales que ya acumula invicto en el Metropolitano.
Y no es una derrota sin más para el Barcelona. En tiempos de reestructuración, tanto ruido extradeportivo y una irregularidad evidente sobre el terreno, es una duda razonable en el proyecto de Ronald Koeman. Aparte de altibajos, los resultados reflejan más que eso: ha ganado sólo uno de sus seis encuentros más recientes de Liga. Nada habitual ni asumible en un club de su nivel y exigencia.
El Barsa falló cuando no debía. Lo hizo en el 0-1 en contra, ya dos minutos y medio por encima del 45 del primer tiempo, y lo había hecho en sus dos ocasiones precedentes en el otro área. En la primera, en el minuto 2, el remate de Griezmann se fue alto. En la segunda, en el 40, Messi tuvo el 0-1. La paró Jan Oblak. Cierto que el argentino, lanzado por Jordi Alba, tenía apenas ya ángulo. De Pedri, en el once, apenas había noticias de toda su clase. En el minuto 56 fue reemplazado por Coutinho.
No hubo ni un paso atrás del Atlético, imponente con Koke en el medio. Ni siquiera con el 1-0. Tampoco lo promovió el Barcelona, que en otra época habría provocado una ofensiva que hubiera desarmado a cualquiera. O quizás por medio de Messi, tan desdibujado ya entonces como todo su colectivo, doblegado y herido por el 'nuevo' Atlético.
Primero el fallo en el control de Gerard Piqué -luego en el segundo tiempo se retiró lesionado aparentemente de gravedad en la rodilla derecha- y después la salida exagerada o incomprensible, por la distancia que recorrió fuera de su portería, de Ter Stegen, facilitaron el único gol del partido al borde del descanso, destacó ultimahora.es.
El detalle que solucionó el triunfo del equipo rojiblanco, pero no puede ser una excusa para un Barsa al que faltó agresividad, intensidad y personalidad. También juego, aunque su empeño final le acercó a un empate impensable minutos antes. A nueve puntos del Atlético, la reflexión es necesariamente inmediata. Todo lo contrario que para el bloque de Simeone, que crece sustancialmente.
No es una victoria sin más para el Atlético. Supone la indudable confirmación de esa temporada evolución palpable de this, más allá de la explicación de la presencia de Luis Suárez, quien este sábado era baja por Covid-19. También la reafirmación de sus números de líder. Y la primera vez que gana Simeone a ese adversario en el campeonato. Intento al decimoctavo. Eso le da aún más dimensión a su triunfo, como las 24 jornadas seguidas invencible en la Liga o como los 19 encuentros oficiales que ya acumula invicto en el Metropolitano.
Y no es una derrota sin más para el Barcelona. En tiempos de reestructuración, tanto ruido extradeportivo y una irregularidad evidente sobre el terreno, es una duda razonable en el proyecto de Ronald Koeman. Aparte de altibajos, los resultados reflejan más que eso: ha ganado sólo uno de sus seis encuentros más recientes de Liga. Nada habitual ni asumible en un club de su nivel y exigencia.
El Barsa falló cuando no debía. Lo hizo en el 0-1 en contra, ya dos minutos y medio por encima del 45 del primer tiempo, y lo había hecho en sus dos ocasiones precedentes en el otro área. En la primera, en el minuto 2, el remate de Griezmann se fue alto. En la segunda, en el 40, Messi tuvo el 0-1. La paró Jan Oblak. Cierto que el argentino, lanzado por Jordi Alba, tenía apenas ya ángulo. De Pedri, en el once, apenas había noticias de toda su clase. En el minuto 56 fue reemplazado por Coutinho.
No hubo ni un paso atrás del Atlético, imponente con Koke en el medio. Ni siquiera con el 1-0. Tampoco lo promovió el Barcelona, que en otra época habría provocado una ofensiva que hubiera desarmado a cualquiera. O quizás por medio de Messi, tan desdibujado ya entonces como todo su colectivo, doblegado y herido por el 'nuevo' Atlético.
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