Inglaterra conquistó su segunda Eurocopa consecutiva tras imponerse a España en la tanda de penaltis (4-3), después de un empate 1-1 en el tiempo reglamentario y la prórroga.

El St. Jakob-Park de Basilea fue escenario de una final de suspensso, en la que la guardameta inglesa Hannah Hampton se alzó como figura tras detener dos lanzamientos desde los once metros.

Al inicio del partido, España se adelantó con un cabezazo de Mariona Caldentey en el minuto 25, resultado de una jugada preparada por Athenea del Castillo y Ona Batlle. El equipo de Tomé dominó gran parte del encuentro, pero no logró ampliar la ventaja. La igualdad llegó en el 57, cuando Alessia Russo remató un centro de Chloe Kelly.

Durante la prórroga, el combinado español cercó el área inglesa con insistencia. Salma Paralluelo dispuso de varias ocasiones claras, aunque sin éxito. Hampton respondió con solvencia y mantuvo con vida a su selección. En los penales, España no logró capitalizar las atajadas de Cata Coll, y la falla de Paralluelo resultó determinante.

La derrota frenó el intento de España por lograr un triplete histórico tras sus títulos en el Mundial y la Liga de Naciones. Inglaterra, sólida en defensa y certera en los momentos precisos, revalidó de esta manera la corona continental.