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Sinner hace olvidar a los mejores

El italiano, número uno del mundo, se abre paso con un tenis fluido y efectivo

  • ANTONIO CASTILLO

20/07/2025 05:39 am

Caracas.- Torneo tras torneo el tenis renace con un dinamismo indiscutible, y paralelamente quedan cada vez más sumergidos en el pasado las hazañas del “Big Three”, aquellos superdotados de la raqueta que dominaron la disciplina con mano de hierro durante las últimas dos décadas.

En efecto, las gestas notables que imprimieron con letras de oro el suizo Roger Federer, el español Rafael Nadal y el aun activo serbio Novak Djokovic, se van disipando entre nostalgia y resignación.

Es ley de vida. Antes de ellos quedaron prácticamente en el olvido las épicas actuaciones de Ken Rosewall, Rod Laver, John McEnroe, Arthur Ashe, Jimmy Connors, Bjorn Borg, Pate Sampras, Ivan Lendl, Boris Becker, Guillermo Vilas, Andre Agassi y muchos otros que coparon los titulares de los medios de la época.

Hoy día pareciera reducirse la lista a dos talentosos jugadores: Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, quienes literalmente han impuesto una férrea hegemonía sobre sus rivales de turno. Así las cosas.

Líderes indiscutibles
Sinner y Alcaraz son los líderes de la nueva generación del tenis, ambos nacidos en este siglo, el italiano en 2001 y un poco después el español, en 2003.

Particularmente Jannik Sinner, quien levantó la copa de campeón en Wimbledon, el domingo anterior, se encuentra en la cresta de la ola, después de comenzar a sumar trofeos en 2020, cuando contaba con 19 años.

Su crecimiento ha sido pausado, pero firme, al punto que su primer Master 1000 lo consiguió en Toronto, en 2023, a escasos días de cumplir los 22 años.

Desde entonces no ha parado su ascenso hasta convertirse en el número uno del tenis mundial.

El año pasado logró su consagración definitiva, al haber ganado en Melbourne, el Open de Australia, su primer Grand Slam. Dominó de principio a fin la temporada, con la Copa Davis y las Finales de la ATP incluidas, que le valieron para alcanzar el sitial de honor de la clasificación mundial. En ese momento, concretamente el 10 de junio de 2024, se convirtió en el 29º jugador que pisó lo más alto del ranking ATP en la historia y el primero nacido en Italia.

Solo el positivo al Clostebol, un esteroide anabolizante utilizado para combatir la picazón y el enrojecimiento de la piel, frenó un tanto la carrera de Sinner, ya que fue suspendido este año por tres meses por la AMA (Agencia Mundial Antidopaje).

Esquí alpino
Antes, de convertirse en número uno del tenis, el pelirrojo se aficionó por el esquí alpino, disciplina que lo cautivó debido a que nació en San Candido, localidad italiana enclavada en pleno corazón de los Dolomitas, un escenario perfecto para que desarrollara durante muchos años el vertiginoso deporte sobre nieve.

Sus padres trabajaban en un resort de esquiadores y lógicamente el pequeño Jannik se aficionó por este deporte.

Así pasaron sus años de infancia, compitíendo al más alto nivel, llegando incluso a ganar el Campeonato Nacional Italiano de Esquí Sub-8 y formando parte de los clubes y centros de entrenamiento más prestigiosos de Italia.

Peralelamente, Jannik jugaba tenis con un talento innato, por lo que su decisión de cambiar los alucinantes descensos por las montañas nevadas por la raqueta a los 13 años, no sorprendió a nadie, ni siquiera a su padre Hanspeter, quien le regaló su primera raqueta.

“Me gustaba esquiar, pero no sentía que podía expresarme como en una cancha de tenis. En el esquí hay demasiados factores externos: la nieve, el clima, la pista. Quería un deporte en el que el resultado dependiera solo de mí. Aparte, si en el esquí cometes un error, la carrera se termina. En el tenis se pueden cometer errores, puedes perder puntos, pero aun así puedes ganar el partido.”, dijo entonces, al racionalizar su decisión.

El Jannik de hoy
Hace poco más de un mes, Jannik Sinner estaba encaminado a ganar el título del Roland Garros. Había dominado los dos primeros sets ante Carlos Alcaraz, pero no pudo aguantar la presión que le atizó el español y terminó perdiendo el partido y la corona en la arena parisina.

Cualquier otro tenista se habría derrumbado ante la depresión, pero Sinner tomó esa derrota como una lección y volvió por lo suyo.

En la final de Wimbledon del pasado 13 de julio, cedió el primer set por 6-4, pero contrariamente a lo que sucedió en París, vino de menos a más y en las siguientes tres mangas impuso su veloz y fluido tenis para dejar sin opción al español, ganando su primer Grand Slam en el All England Lawn Tennis and Croquet Club, en Londres.

Y ciertamente que además de cobrar venganza ante Alcaraz, Sinner se embolsó un premio de 3.5 millones de euros por imponerse en la final británica. Nada mal para un jugador que empezó tardíamente en el tenis y que hoy florece como el mejor del mundo.


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