En el Mundial de clubes el PSG avasalla al Inter de Messi
El París Saint-Germain arrolló 4-0 al Inter Miami de Lionel Messi y se plantó en los cuartos de final del Mundial de Clubes
Sin ningún margen para la sorpresa, el París Saint-Germain arrolló 4-0 al Inter Miami de Lionel Messi y se plantó en los cuartos de final del Mundial de Clubes, donde espera al ganador del otro duelo del domingo entre el Bayern de Múnich y el Flamengo.
El propio mediocampista portugués amplió el marcador (39) y los parisinos sentenciaron la clasificación antes del descanso con un autogol del zaguero argentino-chileno Tomás Avilés (44) y otra diana del marroquí Achraf Hakimi (45+3).
En la segunda mitad bajaron revoluciones y perdonaron una posible humillación histórica al Inter, que por fin puso a prueba a Donnaruma con un zurdazo de Messi y sendos cabezazos del propio capitán y de su compatriota Tadeo Allende.
"Hemos merecido la victoria pero ha sido difícil, más de lo que se podía pensar", indicó Luis Enrique, para quien sus alumnos fueron "absolutamente dominadores del juego en el primer tiempo", pero estuvieron "en dificultad muchas veces" en el segundo.
"Todos sabemos la calidad que (Messi) sigue atesorando y es difícil enfrentarse a este tipo de jugadores, pero creo que nuestro grupo ha hecho un magnífico trabajo", destacó el español, que también tuvo a sus órdenes en el Barcelona a las otras tres veteranas figuras del Inter: Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets.
"Claramente hoy la diferencia era muy grande", reconoció de su lado Javier Mascherano, timonel del Inter. "Estamos ante probablemente el mejor equipo del mundo, con un grandísimo entrenador, pero hasta el último minuto tratamos de dar la cara".
Sin moverse de Atlanta, la siguiente parada del avasallador PSG será el próximo sábado frente al Bayern de Múnich o el Flamengo.
Alemanes y brasileños completaron el menú de octavos de este domingo en el Hard Rock Stadium de Miami a partir de las 16H00 locales (20H00 GMT).
Flamengo, primero del Grupo D por encima del Chelsea, realzó la gran fase inicial del fútbol brasileño con su estilo alegre y vistoso.
La escuadra carioca sigue en pleno despegue desde que Filipe Luís adquirió el banco a finales del año pasado. Con tres títulos desde entonces, igual número que de partidos perdidos, la labor del excarrilero es seguida con lupa desde grandes despachos europeos.
En Miami se enfrentará al belga Vincent Kompany en una partida de ajedrez entre los dos entrenadores más jóvenes de las eliminatorias, ambos de 39 años.
Discípulo de Pep Guardiola, Kompany tiene por delante una gran oportunidad para afianzarse en el exigente banco bávaro si logra evitar sobresaltos como su derrota de la primera fase ante el Benfica.
En Atlanta, Messi se midió por primera vez en su carrera frente a uno de sus antiguos clubes y poco pudo hacer para evitar el paseo triunfal del PSG.
La abismal diferencia entre ambos equipos provocó que el astro argentino, a sus 38 años recién cumplidos, pasara por el amargo trago de ser vapuleado en un torneo de vitrina internacional.
Los hombres de Luis Enrique, quien también se dirigió a Messi en el Barcelona, anotaron su póker de goles en el primer tiempo y quitaron después el pie del acelerador pensando en unos cuartos de final donde asoma un posible choque de gigantes ante el Bayern.
Las monarcas vigentes de la Liga de Campeones tardaron solo seis minutos en inaugurar el marcador en el estadio Mercedes Benz con una diana de João Neves.
La abismal diferencia entre ambos equipos provocó que el astro argentino, a sus 38 años recién cumplidos, pasara por el amargo trago de ser vapuleado en un torneo de vitrina internacional.
Los hombres de Luis Enrique, quien también se dirigió a Messi en el Barcelona, anotaron su póker de goles en el primer tiempo y quitaron después el pie del acelerador pensando en unos cuartos de final donde asoma un posible choque de gigantes ante el Bayern.
Las monarcas vigentes de la Liga de Campeones tardaron solo seis minutos en inaugurar el marcador en el estadio Mercedes Benz con una diana de João Neves.
El propio mediocampista portugués amplió el marcador (39) y los parisinos sentenciaron la clasificación antes del descanso con un autogol del zaguero argentino-chileno Tomás Avilés (44) y otra diana del marroquí Achraf Hakimi (45+3).
En la segunda mitad bajaron revoluciones y perdonaron una posible humillación histórica al Inter, que por fin puso a prueba a Donnaruma con un zurdazo de Messi y sendos cabezazos del propio capitán y de su compatriota Tadeo Allende.
"Hemos merecido la victoria pero ha sido difícil, más de lo que se podía pensar", indicó Luis Enrique, para quien sus alumnos fueron "absolutamente dominadores del juego en el primer tiempo", pero estuvieron "en dificultad muchas veces" en el segundo.
"Todos sabemos la calidad que (Messi) sigue atesorando y es difícil enfrentarse a este tipo de jugadores, pero creo que nuestro grupo ha hecho un magnífico trabajo", destacó el español, que también tuvo a sus órdenes en el Barcelona a las otras tres veteranas figuras del Inter: Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets.
"Claramente hoy la diferencia era muy grande", reconoció de su lado Javier Mascherano, timonel del Inter. "Estamos ante probablemente el mejor equipo del mundo, con un grandísimo entrenador, pero hasta el último minuto tratamos de dar la cara".
Más allá de una derrota casi anunciada, el 'jefecito' elevó la mirada y reconoció la trayectoria de su plantel en el torneo.
El cuadro rosa, una franquicia con seis temporadas de vida en la MLS, fue el único de los tres representantes del país anfitrión en clasificar a los octavos.
"Cumplimos con el objetivo que nos habíamos trazado", dijo el joven técnico argentino ante la prensa. "Teníamos muy claro que podíamos competir hasta un cierto nivel y hoy la realidad lo demuestra".
Mascherano admitió que las únicas posibilidades de éxito pasaban por ralentizar el juego, defenderse con eficacia y encomendarse a una genialidad de Messi que le diera al argentino una revancha por su paso infeliz en la capital francesa.
En cambio, el crack de Rosario se pasó gran parte del partido deambulando por el césped, cabizbajo y con la mirada perdida, sin ningún apoyo para descorchar las gotas de magia que todavía tiene en sus botas.
El cuadro rosa, una franquicia con seis temporadas de vida en la MLS, fue el único de los tres representantes del país anfitrión en clasificar a los octavos.
"Cumplimos con el objetivo que nos habíamos trazado", dijo el joven técnico argentino ante la prensa. "Teníamos muy claro que podíamos competir hasta un cierto nivel y hoy la realidad lo demuestra".
Mascherano admitió que las únicas posibilidades de éxito pasaban por ralentizar el juego, defenderse con eficacia y encomendarse a una genialidad de Messi que le diera al argentino una revancha por su paso infeliz en la capital francesa.
En cambio, el crack de Rosario se pasó gran parte del partido deambulando por el césped, cabizbajo y con la mirada perdida, sin ningún apoyo para descorchar las gotas de magia que todavía tiene en sus botas.
Este torneo puede ser el punto culminante de la etapa de Messi en Miami. Su contrato concluye a final de año y el ansiado anuncio de renovación por una campaña más, que aseguraría su presencia en el Mundial de selecciones de 2026, se está demorando más allá de lo deseado por la afición del Inter y la MLS en general.
El efecto Filipe Luís
Sin moverse de Atlanta, la siguiente parada del avasallador PSG será el próximo sábado frente al Bayern de Múnich o el Flamengo.
Alemanes y brasileños completaron el menú de octavos de este domingo en el Hard Rock Stadium de Miami a partir de las 16H00 locales (20H00 GMT).
Flamengo, primero del Grupo D por encima del Chelsea, realzó la gran fase inicial del fútbol brasileño con su estilo alegre y vistoso.
La escuadra carioca sigue en pleno despegue desde que Filipe Luís adquirió el banco a finales del año pasado. Con tres títulos desde entonces, igual número que de partidos perdidos, la labor del excarrilero es seguida con lupa desde grandes despachos europeos.
En Miami se enfrentará al belga Vincent Kompany en una partida de ajedrez entre los dos entrenadores más jóvenes de las eliminatorias, ambos de 39 años.
Discípulo de Pep Guardiola, Kompany tiene por delante una gran oportunidad para afianzarse en el exigente banco bávaro si logra evitar sobresaltos como su derrota de la primera fase ante el Benfica.
Con información de agencias
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