Espacio publicitario

Kentucky huele a gesta venezolana

La victoria del jinete larense Junior Alvarado, hizo recordar épicas demostraciones

  • ANTONIO CASTILLO

11/05/2025 07:26 am

Caracas.- El Derby de Kentucky está grabado en el corazón de Venezuela desde 1971, año en que el binomio integrado por Cañonero II y Gustavo Avila, más el entrenamiento del yaracuyano Juan Arias, se hizo del triunfo de manera sensacional en la carrera más emblemática del turf mundial.

Hoy, 54 años después de aquella gloriosa –y sorpresiva gesta- , otro venezolano se llenó de gloria en el hipódromo de Churchills Downs, poniendo sobre el tapete el talento y coraje del hipismo nacional.

En efecto, el jockey barquisimetano Junior Alvarado entró el pasado sábado 3 de mayo en el libro dorado de ganadores de la icónica carrera, conduciendo de manera impecable al ejemplar Sovereignty.

Fue el cuarto jinete criollo en ganar el Derby de Kentucky, después del inmortal Gustavo Avila (Cañonero II 1971), Sonny León (Rich Strike 2022) y Javier Castellano (Marge 2023).

El evento más antiguo
El Derby de Kentucky es el acontecimiento deportivo más antiguo de Estados Unidos, ya que su historia se remonta al siglo XIX, específicamente a 1872, cuando Meriwether Lewis Clark, nieto de William Clark, quedó maravillado al presenciar de cerca el Derby de Epsom, en Inglaterra.

De inmediato soñó con organizar una carrera similar en Estados Unidos, y en este sentido visitó París, donde se reunió con el club de jinetes que organizaba entonces el Gran Premio de París Longchamps.

Por supuesto que Clark regresó a casa inspirado para crear un evento hípico estadounidense del mismo calibre.

Con ese proyecto entre ceja y ceja, Clark logró que sus adinerados tíos John y Henry Churchill le financiaran su idea. Es así que compró terrenos y fundó el Louisville Jockey Club para atraer a los aficionados locales a las carreras. Posteriormente empezó a desarrollar el hipódromo que pronto se convertiría en el escenario del Derby de Kentucky.

Y es así que tres años después, el 17 de mayo de 1875, se disputó el primer Derby de Kentucky, carrera que fue ganada por el alazán Arístides y su jinete Oliver Lewis, ante la impresionante presencia de 10 mil aficionados a las carreras de caballos.

En la actualidad, ese sueño de Meriwether Lewis Clark sigue más vigente que nunca, tanto así que cada mes de mayo, -como en 1875- miles de personas acuden a Louisville para presenciar “los dos minutos más emocionantes del deporte”.

Un modesto caballo
La edición 97° del Derby, celebrada en 1971, reunió a un selecto grupo de ejemplares y profesionales del látigo, entre éstos últimos Angel Cordero jr, Laffit Pincay y el panameño Jorge Velásquez. Palabras mayores.

Cañonero II, aquel caballo que nació con una visible desviación en sus patas delanteras, se perfilaba con pocas probabilidades y en ese punto, sus rivales de turno -19 para ser exactos- acaparaban las apuestas, tal es el caso de Eastern Fleet, Twist the Axe, Bold and Able, Unconscious, Bold Reason, Tribal Line y Jim French.

Por si fuera poco, el ejemplar propiedad del empresario venezolano Pedro Baptista, debió afrontar un agotador viaje por tierra, en un vehículo que debió recorrer los 1400 kilómetros que separan Florida de Kentucky, donde llegó visiblemente agotado, con un aspecto desmejorado y poco alentador. 

Las dudas de la prensa especializada no se hicieron esperar.

Las reseñas de entonces señalaron que a pesar de este panorama desolador, su entrenador Juan Arias albergaba una fe inquebrantable en su pupilo. Con métodos poco ortodoxos para los estándares estadounidenses, Arias preparó a Cañonero con la convicción de que su resistencia y corazón serían sus mayores armas. Y en la silla, nada menos que Gustavo Ávila, un jinete experimentado pero poco conocido en los círculos hípicos norteamericanos, confiaba en la conexión especial que había forjado con el noble purasangre.

Y llegó el día de la carrera. Ante una multitudinaria asistencia y la atención de millones de telespectadores, Cañonero partió desde el puesto 15. Ávila, con serenidad y maestría, lo mantuvo alejado del fragor inicial, dejándolo correr a su propio ritmo en la retaguardia del pelotón.

Pero poco a poco el binomio Cañonero-Ávila comenzó a emerger desde el fondo del grupo. En la recta final, con una explosión de velocidad y una determinación asombrosa, el caballo aupado por toda Venezuela descontó cuerpos a sus rivales, abriéndose paso como una tromba inesperada.

De pronto había posibilidades. Cañonero se acercaba a los punteros y en los últimos metros, ante la incredulidad de propios y extraños, superó a los favoritos, cruzando la meta en primer lugar.

Gustavo Ávila, con los brazos en alto y una sonrisa que no cabía en su cara, había dejado en Churchill Downs una estela de asombro y júbilo.

Esa sonrisa se repitió en el Preakness Stakes de ese año, segunda gema de la Triple Corona estadounidense, mientras que en el Belmont Stakes la historia se saldó con un meritorio cuarto lugar, tras sortear diversas lesiones.

Lo cierto es que la gesta de Cañonero II a los mandos de Gustavo Ávila, sigue siendo la más sorprendente y emocionante en la historia de la hípica venezolana, capaz de rememorar año a año ese capítulo imborrable en los anales del deporte nacional.

Un larense con garra
Junior Alvarado sacó a relucir en Churchill Downs toda su experiencia y maña acumulada en más de 20 años de largo trajinar en los óvalos. 

Debutó en el Hipódromo Nacional de Valencia en 2003, y en diciembre de ese año obtuvo su primera victoria. Dos años después irrumpió en La Rinconada, donde triunfó con el ejemplar Eteivana en primera instancia. 

En 2007, Alvarado, con apenas 22 años decidió incursionar en el hipismo estadounidense, donde actualmente es considerado uno de los mejores jockeys. Desde entonces ha corrido 14.144 carreras, de las cuales ha ganado 2.237, incluso 123 clásicos. 

El larense se ha llevado la victoria en 25 clásicos Grado 1, el último de ellos el Kentucky Derby sobre 2000 metros. 

El próximo sábado 17 de mayo, la dupla Sovereignty-Alvarado tratará de llevarse la victoria en el Preakness Stakes, segunda joya de la Triple corona y que se disputará en el Pimlico Race Course, en Baltimore, Maryland.


  

Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario