El 29 de julio de 1967 un terremoto de magnitud 6,6 estremeció a la ciudad de Caracas a
las 8 de la noche, tuvo como epicentro el Litoral Central. El evento tuvo una duración de
35 segundos.
Este hecho dejó más de 200 personas fallecidas y
aproximadamente 2.000 heridos de acuerdo con las cifras oficiales. Cerca de unas 80 mil personas se
quedaron sin viviendas.
El terremoto derrumbó seis edificios, 40 edificios fueron desalojados
porque no se podían habitar y 180 edificios fueron gravemente dañados por el impacto de
este suceso. Las zonas más afectadas fueron Altamira, Los Palos Grandes y el Litoral
Central.
En esa época, el "Estado venezolano no contaba con los conocimientos ni la preparación
por parte de los cuerpos de seguridad y de rescate para afrontar un evento de tal
magnitud, pero se pudo contralar la situación lo mejor que se pudo", señala la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis).
En este sentido, cuatro años después del terremoto, el 27 de julio de 1972 por decreto
presidencial se designa a Funvisis como la “encargada de investigar la realidad sismológica
que permita orientar las acciones que salvan vidas en caso de terremotos”, aclara la
misma organización que hace dos día cumplió 47 años.
Como parte de su misión, Funvisis a través de sus redes sociales comparte información
sobre lo que se debe o no hacer mientras haya un sismo, de igual forma, ha diseñado unas
iconografías prácticas para educar al ciudadano referente a las actividades sísmicas que
pueden ocurrir en el país.
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