El estudio, denominado “Evaluación de la biomasa vegetal de Colinas del Valle Arriba” se entregó al Ministerio del Ambiente creyendo que promulgaría una norma, pero fue ignorado. En 1985 el MINDUR revisó las normas para urbanizar e incluyó la obligación de generar oxígeno según el aumento de población, propuesta enviada al MARNRN para revisión pero que ni respuesta mereció. Al tiempo, el MARNR revisó la norma sin mencionar el oxígeno. Venezuela pudo dar un ejemplo al mundo pero, solo contamos con licenciados en preocupación que espantados ante el cambio climático claman por soluciones.

Generar el oxígeno a consumir podría ser una condición para implantar productoras de alimentos cárnicos, plantas industriales, aeropuertos y hasta refinerías aunque en estas sería un exceso prever el consumo en caso de incendios o explosiones. Dotar a una ciudad con vegetación suficiente para producir el oxígeno que consumen los seres que en ella habitan sería un aporte a la sostenibilidad urbana. Esto no significa que la reforestación debe cubrir solo espacios urbanos internos porque la siembra en la vialidad y en los jardines puede ser insuficiente para generar el consumo. En un área urbana extensa, como la región metropolitana de Caracas, se pueden repoblar el parque nacional El Avila, la serranía del interior y las planicies de Barlovento. Milenios atrás Europa y gran parte de Norteamérica eran selvas y ahora queda la amazonia como pulmón mayor del planeta, aunque amenazado por deforestaciones para habilitar tierras y producir alimentos. A esto contribuimos antes de 1970 con la inundación causada por la construcción de Guri y ahora con la devastación debida a la búsqueda de minerales valiosos en los casi ciento doce mil kilómetros cuadrados del arco minero adyacente al Orinoco, programa sin duda necesario para cambiar de rentismo y que sería loable acompañar con reforestaciones permanentes en otros sitios. Al efecto conviene recordar la exitosa siembra de pinos caribe iniciada por la Corporación Venezolana de Guayana. 

La notable reducción en la producción de petróleo, debería ser reconocida y agradecida como una iniciativa muy original al control del deterioro del clima. Quizás sea intencional o fortuita pero sin duda es un “mea culpa” por tantas décadas viviendo del maltrato al planeta causado por el petróleo que hemos vendido para producir combustibles, factor principal del cambio climático. Para concluir, compensar los inmensos rasguños debidos a la minería rentista con programas de arborización y recuperar condiciones naturales en sitios dañados sería un ejemplo apto para otros países que pretendan vivir de extraer minerales más que del trabajo.