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La naturaleza y el tiempo han sido retos en la restauración de la UCV

Patrimonio / La demanda ahora es el mantenimiento constante y el uso consensuado de espacios. Analizan las estructuras que no forman parte del proyecto original de Villanueva

  • Diario El Universal

17/08/2025 06:41 am

Pedro Rojas
EL UNIVERSAL
El devenir del tiempo, implacable y constante, esculpe su huella en cada elemento del entorno, y las edificaciones, especialmente aquellas enclavadas en vastos espacios naturales, no escapan a su influencia. La interacción entre la arquitectura y la naturaleza circundante crea un complejo tapiz de desafíos y oportunidades, demandando una comprensión profunda de los procesos de deterioro, la importancia de la conservación y la necesidad de una gestión proactiva.

A todos estos complejos escenarios se ha enfrentado en los últimos años la Universidad Central de Venezuela (UCV), la casa de estudios que está experimentando un complejo proceso de restauración que hoy luce con orgullo los pasos dados en los caminos correctos.

En efecto, la naturaleza, con su vitalidad incesante, puede ser tanto aliada como adversaria de las construcciones humanas. La exuberancia de la vegetación, la acción del viento, la lluvia, la humedad y la incidencia solar son fuerzas que modelan el destino de una edificación a lo largo de las décadas y así lo señala la arquitecta Paola Posani, integrante de la Comisión Presidencial para la Recuperación de la UCV, quien en información oficial del proceso que se avanza recordó cómo llegaron “porque se cayó parte del pasillo número 5, pero acá no había nadie, ni un vigilante. Esto era Jumanji”. Eso fue en el año 2021.

Explica que “a la universidad se la había tragado el monte", subrayando la velocidad y la voracidad con la que la naturaleza puede reclamar su espacio, transformando estructuras en ruinas si no se ejerce una vigilancia constante y un mantenimiento riguroso.

Un espectro amplio
La demanda primordial en este contexto para la UCV es, sin duda, el mantenimiento constante. No se trata de intervenciones esporádicas, sino de un compromiso continuo con la salud de las edificaciones que la componen.

Posani enfatiza que, una vez superados los momentos más críticos, "ahora el foco está puesto en el mantenimiento, la vigilancia, las obras en curso y 'la racionalización del espacio'". El mantenimiento abarca un espectro amplio de actividades, desde la limpieza y la reparación de pequeñas imperfecciones hasta la revisión de sistemas estructurales y la gestión de la vegetación circundante.

La vigilancia, por su parte, es crucial para detectar tempranamente cualquier signo de deterioro, permitiendo intervenciones preventivas que eviten daños mayores y más costosos.

Necesidades y patrimonio
La "racionalización del espacio" a la que alude Posani introduce una dimensión adicional, relacionada con la adaptación de las estructuras a las necesidades actuales y la optimización de su uso, sin comprometer su valor patrimonial.

Este concepto implica una reflexión profunda sobre la función de los espacios y la identificación de aquellos que han perdido su propósito original o que representan una carga para el mantenimiento.

La experta insiste en la necesidad de entrar en una fase de “racionalización del espacio” universitario: “Aquí hay escuelas que son muy importantes, como la de Idiomas Modernos, que nunca han tenido sede pero necesitan una”.

Apunta que hay un error al pensar que “el territorio es mío, porque no, no lo es, es un patrimonio” y con ello detalla que “hay que sincerar la población de estudiantes y la burocracia universitaria, que a veces ocupa más espacio de lo que realmente necesita”.

Hay una tensión entre la preservación histórica y la funcionalidad moderna, un equilibrio delicado que requiere una planificación cuidadosa y una visión a largo plazo.

Edificación y entorno
Otro aspecto fundamental para la UCV en este momento es la gestión del paisaje y ese entorno natural que implica una equilibrada relación entre la edificación y su entorno vegetal.

Francisco Garcés, encargado de la Comisión Presidencial para la Recuperación de la UCV, destaca los avances en la poda y la resiembra de especies, lo que ha permitido un "paisajismo casi nuevo".

Subraya que "en la época de Carlos Raúl Villanueva se hizo un gran trabajo, pero los árboles no habían crecido. Hoy tenemos el máximo esplendor". Esta observación revela la paradoja de que, aunque la naturaleza es una fuerza de deterioro, también es fuente de belleza y realce.

Claro está que el paso del tiempo permite que el diseño paisajístico original alcance su plenitud, si se le brinda el cuidado adecuado. La demanda aquí, según apuntan los expertos en patrimonio, es la de un mantenimiento arbóreo especializado, que garantice la salud de las especies, la seguridad de las estructuras y la preservación de la visión estética original.

Revalorizar la obra
La recuperación del patrimonio arquitectónico en la Universidad Central de Venezuela no es solo una cuestión de reparar lo dañado, sino de revalorizar todos los aspectos de la obra en su totalidad. Garcés enfatiza que, más allá de las cifras impresionantes de salones y laboratorios recuperados, lo más importante es haber logrado "que se valorice la calidad de esta obra, sus dimensiones arquitectónicas, de ingeniería, de paisajismo".

Resalta así la importancia de reconocer el valor intrínseco de la edificación como una manifestación de la creatividad humana y un testimonio de un periodo histórico y cultural específico. El paso del tiempo, en este sentido, puede ser una oportunidad para redescubrir y celebrar la maestría de los arquitectos y los diseñadores originales.

Los planos como guía
En las recientes informaciones emanadas de la comisión se precisa que “la recuperación” exige también dar pasos sobre la visión original que se trazó en el proyecto para la UCV en décadas iniciales de su funcionamiento.

Posani explica que la universidad, como patrimonio, no solo tiene derechos, sino también deberes. En el documento de postulación ante la Unesco, el Estado venezolano se comprometió a reponer o eliminar aquellas estructuras que no forman parte del proyecto original de Villanueva. Un ejemplo claro de esto son los tres galpones "efímeros" ubicados al frente del pasillo de la Escuela de Derecho, que nunca fueron desincorporados. Posani enfatiza: “La Unesco dice que lo primero que tenemos que hacer es demoler esos depósitos y restituir las áreas verdes, porque Carlos Raúl Villanueva lo diseñó todo, incluidas las áreas verdes, o sea, el paisajismo que vemos es el paisajismo que él diseñó, que él quería”.

La importancia de la fidelidad al diseño original y la necesidad de eliminar cualquier elemento que distorsione la visión del creador es clave en este momento, sumando a ello que el paso del tiempo, si bien puede haber introducido alteraciones, también ofrece la oportunidad de retornar a la esencia de la obra.

Protocolos y consenso
El reto de preservar las edificaciones de la UCV se complejiza por la necesidad de establecer protocolos adecuados y lograr un consenso entre las diversas partes interesadas. Francisco Garcés asegura que se trabaja en un registro detallado de lo estudiado y realizado: “Estamos en un proceso de documentación de todo lo que se hizo, en conjunto con todos los equipos de la comunidad universitaria”.

La tarea, amplía, es que “de ahora en adelante se sigan los protocolos adecuados y no se repitan cosas que lamentablemente se hicieron en el pasado y atentaron contra el patrimonio”.

Con la vista puesta en el futuro de las instalaciones
Hay en el presente para la Universidad Central de Venezuela (UCV) una tarea de estandarización y documentación que es crucial para garantizar que las intervenciones futuras sean consistentes con los principios de conservación y que se eviten errores pasados.

La colaboración entre expertos, autoridades universitarias y la comunidad en general será vital para asegurar la sostenibilidad de los esfuerzos de recuperación.

El mayor reto, como lo señala Francisco Garcés, es consensuar los pasos a seguir con las autoridades universitarias a fin de lograr que lo hecho se mantenga en el tiempo y “que cada una de las personas que entre a la Ciudad Universitaria sepa que está entrando en un patrimonio de la Humanidad único, hecho por venezolanos, mantenido por venezolanos y recuperado por venezolanos”.

La propuesta de la Comisión Presidencial para la Recuperación de la UCV trasciende así de la mera restauración física y busca infundir en la comunidad un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el patrimonio. El paso del tiempo, en este sentido, se convierte en un recordatorio constante de la necesidad de educar y concienciar a las nuevas generaciones sobre el valor de las edificaciones históricas en entornos naturales y el papel que cada individuo juega en su preservación.


La valoración de la visión original de los creadores ha sido clave en este proceso. CORTESÍA


La colaboración entre autoridades y quienes hacen vida en la UCV es vital para la preservación. CORTESÍA


Consideran que preservar el patrimonio de la UCV es un acto de amor y respeto. CORTESÍA

"Cada una de las personas que entre a la Ciudad Universitaria debe saber que está entrando en un patrimonio de la Humanidad único, hecho por venezolanos y recuperado por venezolanos”

FRANCISCO GARCÉS
Encargado de la Comisión Presidencial para la Recuperación de la UCV



686 salones, 234 laboratorios, seis obras de arte, 615 oficinas, 495 salas de baño, 142 consultorios, 14 canchas, 13 auditorios, 13 anfiteatros, nueve gimnasios y cinco quirófanos se han recuperado.

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