La madrugada de este domingo el pueblo de Michelena, ubicado en el corazón del estado Táchira, despertó en medio de una confusa situación con la llegada de 291 personas según el reporte de la Alcaldía, y de 301 según estadísticas de la prefectura, que
forman parte de los 5.791 venezolanos que han retornado al país producto de la crisis mundial generada por la pandemia del Covid-19.Latinoamérica contabiliza hasta ahora 54.400 casos positivos al nuevo coronavirus, con mayores incidencias en Brasil, Perú, Ecuador, Chile, Colombia y Argentina; países de los que provienen estos miles de venezolanos que decidieron retornar al país al no tener las condiciones necesarias para poder seguir subsistiendo en los lugares a los que emigraron.
Muchos se quedaron sin hogar, sin empleo, y sin dinero, por lo que la mayoría de ellos tuvieron que caminar por varias semanas para poder llegar a la frontera colombiana en busca de retornar a sus hogares. Sin embargo, su meta fue pausada por la cuarentena obligatoria que deben cumplir por lo menos por 14 días antes de poder llegar a su destino final.
En un principio estaba planteado que los venezolanos que regresaran al país cumplirían su cuarentena en San Antonio del Táchira (municipio Bolívar) y en Ureña (municipio Pedro María Ureña), dos ciudades que comparten frontera con Colombia. Pero esto cambió luego de que los sitios planteados para su estadía colapsaran por el gran número de personas que llegaron, y siguen llegando al país.
Así lo informó la gobernadora del estado Táchira, Laydy Gomez, quien pidió al gobierno nacional que cada estado se haga responsable de sus ciudadanos, ya que el estado Táchira no cuenta con la capacidad de atender a más de 10.000 personas que se prevé ingresen al país huyendo de la crisis sanitaria y en busca de estabilidad.
Táchira es, desde hace más de 10 años, uno de los estados más afectados de Venezuela en cuanto a servicios públicos se refiere. Con problemas de agua, luz, gas y gasolina, los tachirenses luchan día a día por mantener su estado en pie, con lo poco a mucho que tienen, y Michelena, un pequeño municipio de tan sólo 22.500 habitantes, no es una excepción.
Es por esto que la llegada de casi 300 personas encendió las alarmas de un pueblo en el que nunca pasa nada, y que tuvo un atípico domingo de enfrentamientos, miedo y confusión.
El alcalde Ely Pernia, en una entrevista al diario El Universal, reconoció que para él también fue una sorpresa la llegada de estos ciudadanos a su localidad, pero como buen michelenense les tendió la mano “como debe ser”.
Pernía, lamentó la reacción de sus ciudadanos al enterarse de que habían llegado al lugar personas cuyo estado de salud era desconocido para los habitantes del lugar. “Decían que todos estaban infectados, cosa que es totalmente falsa, los querían sacar de allí, les empezaron a lanzar piedras y hubo un enfrentamiento entre la gente del pueblo y los que están en el refugio. Nosotros no somos así, esto nunca debió ocurrir”, relató.
Así también lo corroboró Alvaro Morales, prefecto del municipio, que trabaja en alianza con la gobernación, quién dijo que “además de estos enfrentamientos que nunca debieron ocurrir, también se trancaron algunas calles, y los accesos a Michelena por temor de que fueran a llegar más personas a otras instituciones. Con todo, la guardia se comprometió con los michelenenses a que esto no iba a ocurrir y fueron levantadas las barricadas”.
“Tenemos hambre y sed”
En medio de todo este conflicto los venezolanos, en su mayoría jóvenes, gritaban desde el interior del Instituto Universitario de Tecnología Agroindustrial región Los Andes (IUT), que se querían ir a sus casas, y que tenían hambre y sed. Los escucharon los vecinos del sector y el prefecto, quienes les asistieron con comida, frutas, y alimentos para bebés.
Este es uno de los 18 Puestos de Alojamiento Social Integral (PASI) asignados por el protecto del Táchira, Freddy Bernal para alojar a los 5.791 venezolanos que han ingresado al país por la frontera con Colombia hasta ahora. Los otros están ubicados en los municipios Bolívar, Ureña, Junín, San Cristóbal, y García de Hevia.
En el recinto hay, según el reporte de la alcaldía, 292 personas, de los cuales 54 son niños entre seis meses y 13 años, un adulto que supera los 50 años, y varias mujeres en estado de gestación, de las que una estaba ya en trabajo de parto, y se prevé dé a luz entre hoy y mañana en el ambulatorio del pueblo, donde desde hace varios años no nacía un infante.
Además de este ambulatorio, que pertenece a la Corporación Tachirense de la Salud (Corposalud), el pueblo cuenta con un Centro Diagnóstico Integral (CDI), es por ello, que las emergencias médicas severas deben ser trasladadas al hospital más cercano, que se encuentra en el municipio Ayacucho, a la ciudad de Colón, a 30 minutos en carro, otra de las razones por las que no hay registros de nacimientos en el pueblo, de donde es natural el general Marcos Pérez Jiménez.
Esto es para el alcalde una “muy buena noticia, volverá a nacer un michelenense luego de mucho tiempo, ya tenemos un equipo preparado para su nacimiento, ya que, en estos últimos días, han nacido algunos niños en el ambulatorio, ya que no se puede trasladar nadie hasta Colón”.
La atención para los médicos que trabajan en el ambulatorio la ejecuta la prefectura del municipio, quienes se encargan de la alimentación y servicios de primera necesidad para todo el personal sanitario en vista de que están haciendo guardias de seis días debido a las dificultades para movilizarse hasta Michelena, ya que no hay gasolina en el estado, aclaró Álvaro Morales,
Con respecto a la comida para estas casi 300 personas, Pernia dijo que “se les está dando su desayuno, su almuerzo, y su cena, no es una comida cinco estrellas, quizá no sea suficiente, pero estamos haciendo todo lo posible para que no les falte al menos lo básico. Además, también se les está garantizando la salud, los medicamentos, y las personas del pueblo, luego de que entendieron que todos están sanos, empezaron a ayudarles, a traerles comida, les prestaron ollas, y hasta pudieron preparar un hervido”.
“Ahora ellos nos pidieron que les llevemos la comida y que ellos mismos la preparan y es lo que vamos a hacer, en la institución hay un sistema de gas a granel, que se termina de acabar pero mañana se los reponemos, para que ellos mismos cocinen, y distribuyan su comida. Como son de diferentes partes del país cada uno tiene sus formas de preparar los alimentos y eso se les tiene que respetar”, aclaró.
Ubicados por regiones
Estos venezolanos que llegaron a Michelena son de diferentes estados del país, es por esto que ellos mismos decidieron ubicarse en los salones, que fueron acondicionados con colchonetas para que pudieron dormir, por regiones o estados, y seleccionaron a un líder que es el que se reúne con la alcaldía o los médicos para cualquier solicitud.
Antes de salir de Colombia, y al entrar a Venezuela, todos los venezolanos son evaluados por un equipo médico para conocer su estado de salud, y además verificar si tienen Covid-19 usando los test rápidos. Además de este control, cada cinco días se les vuelve a practicar la prueba, para verificar que sigan estando negativos, y en caso contrario que reciban la atención necesaria y evitar que otras personas sean contagiadas, aclaró la alcaldía.
A pesar de que la mayoría de estos jóvenes, que ahora se encuentran albergados en el IUT sede Michelena, habían ingresado hace pocos días al país, se les volvió a practicar el test rápido al ingresar a la institución “y todos salieron negativos… En los próximos cinco días se volverá a hacer la prueba, y antes de marcharse a su ciudad de origen, el último para que se vayan sanos y salvos a sus hogares”, aclaró Pernía.
“Para esto hemos contado con el apoyo de la Misión Barrio Adentro, de Corposalud, de la Gobernación del estado Táchira, y de varios sectores del municipio Michelena”, enfatizó el alcalde.
“No estamos en contra de que estén aquí”
El prefecto del municipio aclaró que no están en contra de que esas personas estén en el municipio “son venezolanos igual que nosotros y debemos brindarle la mano, a lo que la gente tiene miedo es a que se escapen, porque no tengan las condiciones mínimas para estar bien, es por eso que la gente les ha estado regalando comida, y todo lo que ellos pidan, para que no sientan la necesidad de salir”.
Para evitar estas salidas, además de la ayuda de los vecinos de Michelena, la alcaldía asignó a varios motorizados y milicianos para que les hagan las compras a quienes se encuentran en el refugio, y evitar que sucedan casos como el de un joven que se “escapó” del refugio a “comprar una galleta para su hija de tres años” pero fue aprehendido por los mismos ciudadanos quienes al no conocerlo “lo abordaron y regresaron al refugio, y luego le llevaron la galleta para su niña”, comentó Morales.
En cuanto a los productos de limpieza e higiene, se hizo viral en los grupos de los consejos comunales del municipio que se estaba pidiendo una colaboración para comprar jabón y cloro para la institución, con base a esto, el alcalde dijo que la alcaldía compró escobas, coletos, jabón y cloro que serán donados el día de mañana.
Además de esto, el alcalde dijo que entre ellos, el protector del pueblo y el gobierno nacional se está trabajando todo lo referente a la parte de la alimentación, y que luego de un conflictivo domingo, este lunes Michelena retornó a la calma “y hasta empezaron a saludar a la gente sin miedo, los vecinos más cercanos venían a preguntarle a la gente que necesitaban, ellos han pasado muchas cosas difíciles para llegar hasta aquí, xenofobia, se quedaron sin casa, y sin nada, los trataron mal en el país en donde estaban, lo menos que podemos hacer es demostrarles que nosotros si somos gente”. “Lo que han pasado es tan fuerte que todos dicen que más nunca se volverán a ir de su país, y que sea como sea, nunca van a estar tan bien y felices como vivieron aquí”, dijo Pernía.
En este PASI la alcaldía les otorgó una red de WiFi en vista de que "casi todos traen sus teléfonos conectados a lineas extranjeras" con el fin de que puedan comunicarse con sus familiares, y está gestionando brindarles el servicio de televisión a través de la parabólica del municipio a quienes traen sus televisores.
Además de la atención a estos refugiados la alcaldía también informó que en las escuelas se estan preparando 1.500 almuerzos diarios para los escolares y personas de bajos recursos del municipio.
Que no se repita lo de la vaguada de La Guaira
Los michelenenses tienen otro temor, y es que se repita lo que sucedió en 1999 luego del deslave de La Guaira, cuando miles de damnificados fueron ubicadas de forma temporal en un conjunto residencial que estaba en construcción, pero en su mayoría se quedaron, y "con ellos llegó una oleada de inseguridad que nunca se había vivido", así lo dijo Álvaro Morales, quien agradece los esfuerzos que puedan hacer de los organismos de seguridad para mantener el control sobre este nuevo caso que los lleva a recuerdos no tan gratos.
Sobre esto, casi 50 Guardias Nacionales, y comisiones antimotines fueron trasladas desde Colón hasta Michelena, ellos junto a efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), los milicianos y Protección Civil, son los entes encargados de resguardar la zona, y controlar que no haya ninguna fuga, ni tampoco ataque a los repatriados.
Se prevé que en 14 o 15 días estas 300 personas sean trasladadas a sus estados por parte de un transporte que les habilitará el gobierno nacional. No obstante, no está claro, si este sea el único grupo que será atendido en el municipio.