Barinas.- Aproximadamente 100 personas llegan cada día al Palacio Episcopal de Barinas, donde funciona una especie de farmacia de Cáritas, con su récipe de medicamentos para poder continuar con el tratamiento de diversas patologías que padecen.
No todos se retiran con el medicamento solicitado, pero siguen pendientes con la esperanza de que en la próxima remesa llegue lo que necesitan para tratar su enfermedad, debido a que en las farmacias comunes tampoco lo encuentran o se consigue a un precio imposible de cubrir.
Cáritas cuenta con un grupo de voluntarios que se encargan de atender a todos los que van por medicinas, y a pesar de la desesperación de las personas necesitadas, el buen trato y la paciencia de éste equipo les da una primera dosis de tranquilidad a los necesitados.
Hace cuatro años que Cáritas cumple con esta ayuda humanitaria de entregar medicinas sin costo alguno en Barinas, impulsada por monseñor José Luis Azuaje Ayala, quien hasta hace poco fuera obispo en esta diócesis.
Por ser una de las organizaciones dispuesta a distribuir los donativos provenientes de diversos países del mundo y que esperan por el ingreso al país, los ciudadanos no pierden la oportunidad de preguntarles si saben cuándo por fin llegará esa ayuda, lo que significa una esperanza para continuar su tratamiento.
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