Cada 9 de agosto, el mundo honra la diversidad y la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas, en una fecha proclamada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1994. Esta conmemoración, establecida hace 31 años por la Asamblea General, recuerda la primera reunión del grupo de trabajo sobre poblaciones indígenas de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, marcando un hito en la defensa global de sus derechos.

En Venezuela, este compromiso tomó forma constitucional en 1999, cuando la aprobación de la Constitución Bolivariana (impulsada por el expresidente Hugo Chávez) reconoció por primera vez los derechos de los más de 40 pueblos indígenas que habitan el país. Desde entonces, el Gobierno Bolivariano, liderado en la actualidad por el presidente Nicolás Maduro, ha profundizado políticas orientadas a fortalecer la identidad y soberanía cultural de estas comunidades.

Entre los avances destacan los planes de formación comunitaria, la educación intercultural bilingüe y la promoción de saberes tradicionales, ancestrales y artesanales. Estas acciones no solo reivindican el legado indígena, sino que consolidan su papel como guardianes de la tierra, la memoria y la espiritualidad de nuestra nación.

Este día es más que una efeméride: es un llamado a la reflexión, al respeto y a la acción colectiva para preservar la riqueza cultural de nuestros pueblos originarios, que siguen siendo faros de resistencia y dignidad en el tejido histórico de Venezuela y el mundo.