Coronando tu éxito
Del caos al éxito: el arte de gestionar el cambio
¿Está su organización lista para bailar con el cambio, o seguirá repitiendo pasos que el futuro ya olvidó?
Héctor Coronado
¿Qué ocurriría si su organización colapsara por aferrarse a modelos de cambio obsoletos? Jurgen Appelo, autor de “Management 3.0” (Orientación al liderazgo ágil) y de “Como Cambiar el Mundo” (Manejo del cambio y la transformación) lo advierte: “Los programas de cambio de ocho pasos cargados de autoridad vertical ya no tienen credibilidad”. Estudios respaldan esta crisis: las empresas son menos productivas hoy que hace una década, y su vida útil se acorta aceleradamente. La rigidez jerárquica y la planificación lineal no solo fracasan, sino que erosionan la capacidad de adaptación.
El siglo XXI demanda un enfoque radical: integrar la complejidad, no controlarla. Appelo propone “invitar a las personas a danzar con la incertidumbre”, priorizando redes colaborativas sobre estructuras piramidales. Esto implica desaprender lo establecido: “El cambio profundo requiere abandonar las certezas de la gestión tradicional”, afirma. La clave está en activar el talento colectivo mediante ejemplos inspiradores, no órdenes. Como señala John Kotter, profesor de la Harvard Business School y creador de un método de ocho pasos reconocido ampliamente para la gestión del cambio, los líderes deben “señalar un rumbo con visión y estrategias”, pero también descentralizar el poder para que otros actúen.
Aquí emerge el líder como facilitador, no como dictador. Su rol no es imponer, sino crear contextos donde las ideas fluyan. Esto exige coherencia: las acciones deben reflejar los valores declarados. Un líder que delega y confía, según Appelo, transforma la organización en una “red de aprendizaje”, donde cada individuo contribuye al valor colectivo. La resistencia al cambio, lejos de ser un enemigo, es una oportunidad. El Modelo de Cambio de Satir, el cual describe las cinco etapas que las personas, individuos y organizaciones atraviesan cuando experimentan un cambio, lo anuncia: tras el caos inicial, surge la integración de nuevas ideas. La pregunta crucial es: ¿Qué oportunidades ofrece este cambio para mí y para otros?
Metodologías ágiles como el PDCA de Deming —planificar, hacer, verificar, actuar— y el “aprendizaje validado” de Ries permiten navegar la incertidumbre. Appelo agrega otra herramienta: el “Método Mojito”, que, similar al coctel, mezcla ideas dispares para innovar. Pero sin comunicación efectiva, incluso las mejores estrategias fracasan. Influir requiere conectar con deseos humanos básicos: aceptación, autonomía, propósito. Es el deseo de ser respetado y estar vinculado lo que impulsa el corazón.
La verdadera prueba está en la acción. Como afirma Donella Meadows, especialista en pensamiento sistémico: “No controlamos los sistemas, pero podemos danzar con ellos”. ¿Está su organización lista para bailar con el cambio, o seguirá repitiendo pasos que el futuro ya olvidó?

El siglo XXI demanda un enfoque radical: integrar la complejidad, no controlarla. Appelo propone “invitar a las personas a danzar con la incertidumbre”, priorizando redes colaborativas sobre estructuras piramidales. Esto implica desaprender lo establecido: “El cambio profundo requiere abandonar las certezas de la gestión tradicional”, afirma. La clave está en activar el talento colectivo mediante ejemplos inspiradores, no órdenes. Como señala John Kotter, profesor de la Harvard Business School y creador de un método de ocho pasos reconocido ampliamente para la gestión del cambio, los líderes deben “señalar un rumbo con visión y estrategias”, pero también descentralizar el poder para que otros actúen.
Aquí emerge el líder como facilitador, no como dictador. Su rol no es imponer, sino crear contextos donde las ideas fluyan. Esto exige coherencia: las acciones deben reflejar los valores declarados. Un líder que delega y confía, según Appelo, transforma la organización en una “red de aprendizaje”, donde cada individuo contribuye al valor colectivo. La resistencia al cambio, lejos de ser un enemigo, es una oportunidad. El Modelo de Cambio de Satir, el cual describe las cinco etapas que las personas, individuos y organizaciones atraviesan cuando experimentan un cambio, lo anuncia: tras el caos inicial, surge la integración de nuevas ideas. La pregunta crucial es: ¿Qué oportunidades ofrece este cambio para mí y para otros?
Metodologías ágiles como el PDCA de Deming —planificar, hacer, verificar, actuar— y el “aprendizaje validado” de Ries permiten navegar la incertidumbre. Appelo agrega otra herramienta: el “Método Mojito”, que, similar al coctel, mezcla ideas dispares para innovar. Pero sin comunicación efectiva, incluso las mejores estrategias fracasan. Influir requiere conectar con deseos humanos básicos: aceptación, autonomía, propósito. Es el deseo de ser respetado y estar vinculado lo que impulsa el corazón.
La verdadera prueba está en la acción. Como afirma Donella Meadows, especialista en pensamiento sistémico: “No controlamos los sistemas, pero podemos danzar con ellos”. ¿Está su organización lista para bailar con el cambio, o seguirá repitiendo pasos que el futuro ya olvidó?

Danzar con la incertidumbre es un proceso. CORTESÍA
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