El ser humano es el centro de los procesos que son gestionados en las empresas. La autoridad y la voluntad son elementos clave para la gestión de este capital que forma parte integral de las mismas.

De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española la voluntad es la “facultad de decidir y ordenar la propia conducta”; por otra parte, la misma fuente da a la palabra autoridad el siguiente significado: “poder que gobierna o ejerce mando, de hecho, o de derecho” y “prestigio y crédito que se reconoce o una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia”.

De esta última acepción se desprende que autoridad puede ser de hecho o de derecho, y por lo tanto podríamos inferir que existe un tipo de autoridad legal y un tipo de autoridad moral que es atribuida a quien la ejerce. Lo ideal en los casos de liderazgo es que ambas confluyan sobre un ente o persona, pero sabemos que no siempre es así.

Este manejo de conceptos es propio de la conducta humana y es aplicable tanto a la vida cotidiana como a la vida empresarial, y a continuación lo pondremos en contexto. Colocando en un eje cartesiano ambas variables o factores conductuales, podríamos obtener cuatro tipos de respuestas (los símbolos + y – indican tener la autoridad o no y tener la voluntad o no de ejercerla)

1.- Autoridad (+) y Voluntad (-): Desorden, irrespeto a la autoridad, desafíos, incumplimiento.
2.- Autoridad (-) y Voluntad (+): Frustración, distrés.
3.- Autoridad (-) y Voluntad (-): Dejar hacer, dejar pasar, caos… sálvese quien pueda.
4.- Autoridad (+) y Voluntad (+): Cumplimiento de normas, reglas claras, orienta organizaciones.

Imagine que su hermana llega a su casa con su sobrino y este salta en los muebles, rompe las cosas, es grosero y le falta el respeto y su madre no hace nada sino reír de las “travesuras”. Usted tiene la voluntad (+) de tomar una acción, pero no tiene la autoridad (-) para hacerlo. Por otro lado, la madre tiene la autoridad (+), pero no la voluntad o deseo de ejercerla (-).

Por el contrario, si la madre que tiene la autoridad (+) tuviese la voluntad (+) de ejercerla, el proceder del niño estaría ajustado a la conducta deseada. Ahora extrapole esta historia trivial a su marco de trabajo y entenderá cuán importante es no solo tener la autoridad moral y legal, sino también saber ejercerla adecuadamente para el cumplimiento de normas y objetivos.

El gerente es “jefe” por nombramiento o designación de un ente superior. Tiene autoridad “legal”. La autoridad “moral” debe ganársela trabajando con su gente, enseñando, estudiando, dando “buen ejemplo”, felicitando, dando feedback positivo y negativo, gerenciando procesos. Solo así se ganará la autoridad moral en su empresa y con ello el título otorgado no por la ley, sino por su gente, el título de “líder”.