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Yare celebró 274 años de los Diablos Danzantes con la elevación a Santuario Eucarístico Diocesano

La celebración eucarística de Corpus Christi estuvo presidida por el Cardenal Baltazar Porras, quien subrayó que el título conferido a la parroquia San Francisco de Paula es un símbolo de “justicia y equidad”

  • Diario El Universal

08/06/2023 08:07 pm

Como cada jueves de Corpus Christi la población de San Francisco de Yare fue testigo de la emblemática manifestación cultural y religiosa de los Diablos Danzantes.

Desde temprano, cientos de personas se apostaban en los alrededores de la Plaza Bolívar a la espera de la Santa Misa, y con ella el decreto de elevación de la parroquia San Francisco de Paula a Santuario Eucarístico Diocesano.

Esto último representa un hecho inédito para la población tuyera, puesto que, desde este jueves, Yare alberga el primer recinto religioso de este tipo en la región.

La Eucaristía estuvo presidida por el Cardenal Baltazar Porras, en compañía el Obispo de la Diócesis de Los Teques, Freddy Fuenmayor, y por demás sacerdotes y laicos comprometidos de los Valles del Tuy.

“Siento mucha alegría” fueron las primeras palabras del Cardenal al comenzar su homilía en la que hacía referencia a la importancia del título que le fue conferido a la comunidad católica de Yare.

“A veces tenemos la tentación de pensar que todas estas expresiones de nuestra fe son cosas secundarias, y pareciera que es un espectáculo. No lo es”, aseveró el prelado.

“La expresión de la religión popular es una auténtica vivencia de la fe cristiana. No es para despreciarla sino para descubrir lo que hay allí”, expresó Porras haciendo referencia a la manifestación cultural de los Diablos Danzantes de Corpus Christi.

“La elevación al Santuario Eucarístico es una expresión de lo que ha sido esta fe desde hace más de dos siglos y medio” continuó diciendo. Al tiempo que añadió que este título no es más que “justicia y equidad”.

Sin embargo, advirtió que este mérito “requiere de un mayor sentido de conciencia de todos, de cada uno de nosotros como ciudadanos y creyentes (…) Es un momento importante. Esta elevación a santuario no es un simple título que se da, sino que cada comunidad que es elevada a Santuario Diocesano tiene que cumplir con una serie de exigencias, una de ellas es mejorar su entonar arquitectónico”, destacó.

El Cardenal venezolano confía en que esta elevación va a potenciar mucho más no sólo a Yare, sino también al resto de localidades que conforman los Valles del Tuy. “Tenemos que trabajar conjuntamente para que haya un crecimiento armonioso en toda nuestra sociedad venezolana”, instó.

Finalmente, dirigiéndose a quienes consideran que los Diablos de Danzantes no son más que una manifestación pagana, dijo: “El baile y la danza es el sentido de alegría y esperanza que construimos día a día, y que hoy se hace latente en medio de nosotros”.

Políticos, artistas, empresarios y autoridades civiles estuvieron presentes en la celebración Eucarística.

Al finalizar la Santa Misa, la autoridad eclesiástica acompañó la procesión del Santísimo Sacramento del Altar hasta las puertas del templo, desde donde comenzaría el recorrido junto a los miles de promeseros que esperaban a las afueras del recinto para danzar.
 
Los Diablos Danzantes de Yare son reconocidos por la Unesco como Patrimonio Cultural inmaterial de la Humanidad. Su origen se remonta al siglo XIII y ostenta el título, además, de la hermandad más antigua del continente americano.

Los promeseros bailan al ritmo del repique de la “caja”, un tambor típico de la zona. Sus vestiduras son de un tono rojo vibrante y sus mascaras coloridas, las cuales se elaboran de acuerdo a un orden jerárquico.
 
Quienes se disponen a participar en el baile también utilizan una cruz de palma bendita en sus trajes en forma de protección, debido a que piensan que al representar al mal durante la danza, se encuentran bajo el asecho de entidades malignas.

Los Diablos danzan por las calles de San Francisco de Yare para finamente postrarse ante el Santísimo Sacramento en muestra de respeto. La celebración culmina al caer la tarde con el repique de campanas de la iglesia, cuando la hermandad se dispersa hasta el año siguiente, tiempo en el cual volverán a representar el rito donde prevalece el bien sobre el mal.

Fuente: Periodista Marcos Galletto 
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