ALIDA VERGARA JURADO
Especial para El Universal
La añorada, temida, ansiada y peleada manito con el dedo hacia arriba, denominada "Like" o "Me Gusta", además de ser el objeto de deseo de marcas y personas, se ha convertido en la meta de los curadores de contenido en internet.
Más allá de fotos con más o menos filtros, novedades, actualizaciones, tips para arreglar algo que evite la visita a un técnico, o esa receta que siempre quiso probar; un "Like" en las redes sociales puede encerrar mucho más que una simple reacción.
Aunque los números aporten certezas, expertos en psicología y neuromarketing han desarrollado estudios para entender el comportamientos del consumidor, así como de los usuarios de la web; para, además de analizar las estadísticas de las diversas páginas y redes sociales, comprender qué motiva o desmotiva a dar ese "Me gusta", convertirlos fieles a una marca o producto, ser considerado spam, o el impacto que genera en quién lo recibe, y en quien lo ve.
Quien da y quien recibe
Sin duda, para las marcas e influencers, un "Like" más engorda sus cuentas, y aumenta sus ganancias; para un adolescente - principal preocupación de los psicólogos - puede afectar su nivel de aceptación o rechazo, e incluso puede motivar a realizar actos inimaginables por multiplicarlos en sus diferentes cuentas.
Resulta que los "Me gusta" en sí son una combinación de lo obvio y lo desconcertante, y pueden ser utilizados para predecir la inteligencia, personalidad, nivel de competitividad, entre otros rasgos muy particulares de cada usuario.
Bajo esta premisa se han desarrollado múltiples herramientas como YouAreWhatYouLike.com, en las que se aplican pruebas instantáneas de personalidad y se califica cuán abierta, estable, agradable, extrovertida o concienzuda sea la persona; si bien los datos son analizados por investigadores, estos mismos afirman que la herramienta no es perfecta, pero da luces del perfil de cada usuario según su cantidad y tipo de "Likes".
Y aunque no hay una ciencia exacta que diga qué significa cada "Me gusta", ni haga clasificaciones, psicólogos expertos en adicciones a las nuevas tecnologías, afirman que puede haber mil intenciones detrás de cada uno, así como en los comportamientos en la vida real, pero finalmente se resumen en dos: interés por la publicación o interés por llamar la atención por algún motivo.
Así, se distinguen tres tipos de actores según su comportamiento en las redes sociales: activos, que suben contenidos e interactúan dando "Me gusta"; pasivos, que no suben contenido e interactúan; voyeurs, no suben contenido y no interactúan, solo se limitan a mirar los contenidos de los demás.
Expertos apuntan que al subir contenido a las redes sociales, el emisor presume por dónde irán los tiros en cuanto a los "Me gusta" que recibirá, porque no se suben contenidos por subirlos; y por esto, al tener menos "Me gusta", puede llevar a la frustración.
Para algunos usuarios, su autoestima puede irse a pique en cuestión de segundos, si no reciben los "Like" que esperan; hasta el punto de vivir una vida virtual, que dista de la real.
Instagram, muestra más lo que se pretende ser que lo que realmente se es, y precisamente esa falsa embriaguez que aportan los "Me gusta", ha hecho que se publique la intención de eliminar los "Likes" públicos, estos solamente estarían visibles para el autor de la publicación, y no se podrán ver en el feed o perfil de los usuarios, lo cual podría generar mucha preocupación a los ídolos de pantallas móviles, así como a sus legiones de seguidores.
Un "Like" puede sumar seguidores, restar credibilidad, multiplicar ganancias y hasta dividir parejas.
Maquila de likes
Basado en investigaciones, fabricantes de cuentas falsas que operan desde China, Rusia, México, Filipinas o Tailandia, disponen de una gran cantidad de empleados dispuestos a trabajar por una baja suma de dinero creando manualmente cuentas falsas, burlando los controles de Facebook, Twitter y otras redes sociales.
Así, cada nuevo usuario debe introducir un teléfono, un email o responder a un Captcha (un test visual o sonoro).
Otros países aprovechan que las autoridades han introducido menos controles en la venta de líneas de teléfonos móviles, y estos fabricantes de cuentas puedan comprar miles de tarjetas SIM, para usarlas en apertura de cuentas de redes sociales y seguir creando estos likes que no responden a intereses, sino a razones económicas.
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