Slow gaming o juegos zen
El movimiento de Slow Gaming lleva más de una década cobrando más fuerza, y nace como reacción a los títulos tradicionales en consolas y dispositivos móviles, más estresantes y exigentes al basarse en una lógica de castigo y recompensa.
¿Qué es el slow gaming?
Los slow games o juegos zen corresponden a una categoría en la que se encuentran títulos más pausados, con música tranquila y gráficos atractivos que suelen tener un componente de meditación o reflexión; así como también de simulación.
No se enfocan en retos o en una victoria definitiva, de modo que logran reducir la presión del jugador, ya que su objetivo no sea otro que explorar las escenas a su ritmo y pasarlo bien.
Este planteamiento, que encaja con quienes pretenden desconectar y relajar su mente, se ha convertido en una buena opción para aquellos adultos que no quieren tener que medirse con otros, ni esforzarse mucho en pasar de nivel, simplemente distraerse en sus ratos libres. Asimismo para los más jóvenes, pues muchos de estos desarrollos apuestan por el trabajo colaborativo, la creatividad y la paciencia.
Sus pros y sus contras
Las propuestas enmarcadas dentro del movimiento slow son una alternativa frente a la hiperestimulación y el estrés; de manera que el entretenimiento se aleja de lo rápido y de la resolución de complejos problemas, pudiendo jugar al margen de las puntuaciones o del cronómetro. Se busca que el jugador respire y se distraiga, permitiendo que el tiempo de ocio fluya sin demasiadas complicaciones.
Como todo en la vida tiene sus pros y sus contras. Entre los pros, se encuentra evade conflictos, haciendo que aumente el bienestar del ganador. También fomenta la introspección al incentivar la observación; no en vano se han desarrollado juegos zen para tratar problemas de ansiedad o estados depresivos, ya que una de las claves de estos títulos es su entorno gratificante y una música que estimula en positivo.
Y aunque a veces el organismo pida un poco de acción y desenfreno, son incluso hasta terapéuticos.
Otros consideran que esta suerte de “calma jugable” o de “hermoso aburrimiento”, quita un poco el contacto con la realidad y la sensación de competencia sana, es decir como el logro de metas.
En esencia, los videojuegos slow gaming forman parte de un movimiento cultural que reivindica la lentitud y el pensamiento reposado, para no caer en la superficialidad y en la nueva costumbre de planificar el tiempo de entretenimiento con la misma mentalidad que en un día de trabajo.
Estos juegos rescatan la idea taoísta de no hacer nada, y la contraponen a la indiscutible máxima de que el tiempo es oro y lo único que importa es ser productivo y realizar el máximo número de tareas posibles a lo largo del día.
En conclusión, en los juegos zen y slow gaming, ganar o perder ya no es el principal objetivo, sino simplemente entretenerse; menos mal que siempre la industria plantea opciones para todos.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones