Un lugar predilecto para los amantes de los animales es el Zoológico de Lujan, ubicado en la ciudad de Luján, a unas dos horas y medias de la capital. En este Parque, aunque los animales se encuentran en jaulas, los visitantes pueden tocarlos y fotografiarse con ellos, por lo que también, es conocido como el sitio de los “animales sueltos”. 

Actualmente, según su portal oficial zoolujan.com, este parque cuenta con más de “50 ejemplares de leones, 20 tigres de Bengala, 12 pumas, tortugas, dromedarios y unos 50 monos sudamericanos de diferentes especies, que se han reproducido dentro del zoológico”, así como elefantes provenientes de la isla de Sumatra, una de las más importantes de Indonesia.

Otro de los más importante no solo de Argentina, sino de América Latina, es el parque Zoológico de Mendoza que cobra vida sobre un cerro y las jaulas están distribuidas sobre laderas. 

Cuenta con una población de 1.100 animales, entre los que se encuentran algunas especies en extinción, especies nativas y exóticas. En primera instancia, su construcción se basó en la concepción del “zoológico sin rejas”. De esta manera los animales fueron colocados en grandes recintos semiabiertos y en ambientes que simulaban los hábitats naturales de cada especie. Lamentablemente, el proyecto original no fue continuado y la construcción de las jaulas de rejas, sobre todo para animales peligrosos, limitó la concepción de mantener un zoológico semi-abierto. Sin embargo, el zoológico fue cerrado al público en mayo de 2016 para realizar obras de remodelación y mantenimiento. Para el año 2019 se proyecta convertirlo en un “ecoparque”.

Finalmente, uno de los espacios que aunque no alberga tantas especies, es uno de los más bonitos y cuidados de ese país, es el “bioparque Teimaken”, ubicado en Escobar, provincia de Buenos Aires, a unos 50 kilómetros de la capital. Según indica su site oficial Teimaken.org.ar, en este espacio, se puede ver “la combinación de los jardines botánicos, zoológicos, acuarios y museos de historia natural y antropología”.

El zoológico de Buenos Aires, que reunía una gran cantidad de especies y era el más importante de todos y el más visitado por su ubicación dará un vuelco a su vocación. El lugar, que albergaba "89 especies de mamíferos, 49 especies de reptiles y 175 especies de aves, sumando un total de más de 2500 animales", según el sitio oficial de turismo de la ciudad de Buenos Aires, es ahora un espacio en el que surgirá un proyecto único.

El zoológico de Buenos Aires, que reunía una gran cantidad de especies y era el más importante de todos y el más visitado por su ubicación dará un vuelco a su vocación. El lugar, que albergaba "89 especies de mamíferos, 49 especies de reptiles y 175 especies de aves, sumando un total de más de 2500 animales", según el sitio oficial de turismo de la ciudad de Buenos Aires, es ahora un espacio en el que surgirá un proyecto único.

El espacio también servirá para la recuperación de animales silvestres heridos o rescatados del tráfico ilegal, así como para la conservación de la fauna autóctona. Aunque actualmente se encuentra en construcción, se espera que para el 2019 esté abierto al público. 

Como filosofía de trabajo el nuevo Ecoparque impulsará visitas conscientes para preservar a los habitantes del ex zoológico y fomentar una nueva relación de respeto y cuidado con ellos. Por eso abre menos días a la semana. 

1.888 fue el año de inauguración del Zoo de Buenos Aires y funcionó hasta 2016. Aunque hoy está en proceso de transformarse en un Ecoparque, aún se destaca su arquitectura de estilo victoriano. Declarados Monumentos Históricos Nacionales, sus pabellones reflejaban la arquitectura clásica de cada uno de los países de origen de las especies. 

Cada recinto que tiene el nuevo ecoparque data de la época de la inauguración del antiguo zoo. Por ello se ha hecho un especial cuidado de las obras que se edificaron para él. Fue diseñado con distintos estilos arquitectónicos (chino, hindú, morisco y grecorromano). Además, albergaba numerosas obras de arte entre las que se encontraba una figura femenina esculpida por la escultora argentina Lola Mora. El proyecto que esperan esté listo en poco menos de un año tiene especial cuidado con no menospreciar la historia del lugar.