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¿Es posible embarazarse tras superar el cáncer de mama?

Ocupa el primer lugar como causa de mortalidad por cáncer en Venezuela y de morbilidad por cáncer en la mujer venezolana

  • Diario El Universal

06/06/2018 05:00 am

ELENA SOTO

Ser madre es el deseo de la mayoría de las mujeres. Sin embargo, múltiples factores pueden obstaculizar el logro de este sueño, como el padecimiento del cáncer de seno. Este tipo de enfermedad oncológica puede ser diagnosticada durante la gestación o preocupar a la paciente en relación con la repercusión del tratamiento sobre su fertilidad.

El doctor José Antonio Muñoz E, Cirujano oncólogo mastólogo indica que si se descubre el cáncer de mama durante el embarazo, la mujer debe realizarse una serie de estudios de extensión “cuyo objetivo principal es determinar si la lesión está localizada en el área de la mama, regionalmente en los ganglios axilares o supra e infraclaviculares o si la enfermedad está presente sistémicamente”.

Diagnóstico para actuar 

El también integrante de la Junta Directiva de la Sociedad Venezolana de Mastología refiere que el examen físico, la mamografía y el ultrasonido mamario permiten la evaluación local y regional; “si queremos determinar si la enfermedad está presente fuera de esta área, evaluamos los principales sitios de diseminación, como son el pulmón, para lo cual lo evaluamos con un rx de tórax; el hígado mediante un ultrasonido abdominal y el tejido óseo a través de la realización de un gammagrama óseo”. 

Tras confirmar el diagnóstico de cáncer de mama, la paciente embarazada puede realizarse la mayoría de estos exámenes. En el caso de la mamografía y la rx de tórax requerirá utilizar una protección abdominal para evitar exponer al feto a radiaciones; está contraindicado el gammagrama óseo, cualquier estudio tomográfico o la utilización del contraste gadolineo cuando debe hacerse una resonancia magnética.

¿Qué peligros corre el feto? 

En cuanto a los eventuales peligros que pudiese presentar el feto, estos van a depender del estadio en el cual se diagnostica la enfermedad y por ende del tipo de tratamiento que va a recibir la paciente, sea este médico, es decir la utilización de quimioterapia o tratamiento quirúrgico, así como del trimestre del embarazo en el cual se realiza el diagnóstico. A estas pacientes se les recomienda control prenatal en consultas de alto riesgo obstétrico. 

La mayoría de las investigaciones concluye que las pacientes que salen embarazadas, luego de un tratamiento exitoso de cáncer de mama, no presentan un pronóstico peor que aquellas pacientes que no presentaron embarazo. “En algunos de los estudios se señalan una disminución del riesgo de recurrencia y muerte por cáncer de mama, llegándose a cuantificar la reducción hasta en un 46%”.

Los expertos recomiendan que las mujeres se realicen el autoexamen de mama a partir del desarrollo (menarquía) una vez al mes, y la mamografía una vez al año, a partir de los cuarenta años. La primera mamografía debería realizarse a los 35 años pero si una mujer tiene antecedentes familiares de cáncer de mama, ella debe controlarse anualmente a partir de los 30 años.

El consejo
La recomendación médica para aquella paciente que presenta un diagnóstico de cáncer de mama y posteriormente sale embarazada dependerá de varios factores: el relativo al estadio en que se diagnostica la enfermedad, el tipo de tratamiento (médico, quirúrgico o radiante), si es que recibió alguno, posterior a su diagnóstico, y la evaluación del bienestar fetal. 

También aconsejan los galenos esperar tres años antes de embarazarse, por cuanto en este lapso “ocurren la mayoría de las recurrencias por cáncer de mama, luego del diagnóstico inicial”.  

Factores de riesgo medioambientales y genéticos inciden Advierte Peña Colmenares que su causa es multifactorial, por cuanto interactúan múltiples factores ambientales, hormonales, estilo de vida, además del genoma de cada individuo. “Algunos pueden ser controlados, otros no, como es el caso de la predisposición genética. La mujer puede desarrollar esta patología por un carácter autosómico dominante (herencia), sin embargo esto solo ocurre entre el 10-15% de los casos, y otros factores genéticos pueden causarla tales como menarquía precoz, menopausia tardía, obesidad y edad del primer embarazo”.  

Deben seguirse pautas ajustadas a cada paciente Las posibilidades de tratamiento y, por ende, las recomendaciones médicas deben ser individualizadas según las características del caso de cada paciente. No siempre lo que funciona para una persona sirve a otra y tampoco es recomendable seguir “recetas” de amigos, familiares o de personas que hayan pasado por condiciones similares sin la debida orientación del médico tratante. Además de las indicaciones que este dé, debe tomarse en cuenta un programa alimenticio adecuado que proporcione los nutrientes requeridos así como terapias que sanen las emociones.  

Meditar ayuda a visualizarse con buena salud El estado emocional influye al igual que la alimentación en la prevención, control y recuperación de cualquier enfermedad. En el mercado editorial existe una numerosa literatura sobre el cáncer de mama y la alimentación, aunque sus enfoques pueden ser muy distintos, todos coinciden en que a la hora de comer debe predominar un ambiente armónico y que la persona esté emocionalmente tranquila. La meditación es beneficiosa para disminuir los niveles de estrés, calmar la ansiedad, centrar la atención y para visualizarse con buena salud, en estado de sanación.  
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