Dadas sus condiciones físicas e instintos agudos, los perros de rescate pueden entrar y alcanzar lo que los humanos no: su dimensión y peso reducen el peligro de derrumbe, y sus sentidos localizan los cuerpos bajo los escombros, dando prioridad a los sobrevivientes. 

Los accesorios creados para sus acciones son tanto múltiples como variados, adaptándose a las disímiles condiciones climáticas, lugares y consecuencias generadas por los desastres.

Gafas con lentes para proteger sus ojos de todo tipo de radiación -natural o artificial-, así como del polvo, humo y otras partículas dañinas suspendidas en el aire; arneses para sujetarlos de tal manera que o puedan ser trasladados en las espaldas de sus dueños o asidos a grandes estructuras que los movilizarán en lugares devastados e intrincados; chalecos con equipamiento tecnológico que apoyará su labor de búsqueda de sobrevivientes y localización del mismo animal; chalecos que portan medicinas u otro material indispensable para el auxilio inmediato de los lesionados; chalecos salvavidas en caso de inmersiones en agua; chalecos que regulan su temperatura corporal dependiendo de la temperatura a la que serán sometidos; botas especiales para proteger sus patas cuando anden por terrenos riesgosos o con material que los puede herir; y así la lista crece. 

Todos estos artículos con una increíble variación de diseños, colores y tipos de materiales. Eso sí, únicamente deben ser usados cuando son necesarios por la actividad que realizará el can, más no por un fin estético, moda, gusto personal o porque el dueño cree que lo preservará de lastimarse en condiciones normales.

Chaleco tecnológico. Ingenieros japoneses en la Universidad de Tohoku, en Sendai, capital de la prefectura de Miyagi, diseñaron un chaleco para perros rescatistas equipado con video cámara y GPS, para ayudarlos en su trabajo de rastrear y ubicar a sobrevivientes en desastres naturales. Explicaron que la pechera, que le da al perro habilidades parecidas a las de un robot, capta y envía imágenes de las condiciones que prevalecen en una zona de desastre mientras que el posicionador satelital informa la ubicación y ruta para llegar a los heridos mediante un mapa digital.

37 personas entre hombres, mujeres y niños rescató Orión, el Rottweiler que actuó por cuenta propia en diciembre de 1999 tras la tragedia del estado Vargas. Además, guió a más personas que se encontraban solas y en shock hasta el sitio donde se ubicaron muchos damnificados. En el 2000 fue nombrado oficialmente como “Héroe”, siendo condecorado nacional e internacionalmente. 

Otra Frida célebre. No fue el único perro que actuó tras el devastador terremoto de 7.1 grados de intensidad que sacudió el 19 de septiembre de 2017 a México pero sí uno de los más famosos. Frida es la perra labrador que suma más de 50 personas salvadas tanto en México como en otros países. Sus fotografías y videos se hicieron virales, mostrándola en las acciones de búsqueda de sobrevivientes y ataviada con todos los accesorios para su protección: gafas para protegerla del polvo u otras sustancias y botas para proteger sus patas. 

Sin abusar. En realidad la anatomía del perro está diseñada para que ellos puedan estar sin ropa y descalzos, y solo en las operaciones de salvamento se tratará de cuidarlos de las condiciones peligrosas para su propia vida. Por ejemplo, hay que “evitar el uso de zapatillas o zapatos, salvo en circunstancias puntuales, en perros que serán expuestos a terrenos donde podrían dañarse las patas. Es el caso de los que buscan personas ente los escombros o perdidas en lugares espinosos o con nieve”, dijo la veterinaria Carolina Montalbán al medio Biobio de Chile.