Desde hace cuatro días, en la sede de la policía de El Tocuyo, estado Lara, cuarenta presos que se encuentran en 4 celdas, realizan huelga de hambre.

Entre los motivos de la manifestación, detenidos piden que les entreguen la comida con el fin de cocinar ellos mismo, evitando así que familiares realicen mayores gastos en el traslado diario hasta el recinto, debido a que solo cinco de ellos tienen parientes cerca del reclusorio.

De igual forma, piden el trasladado a cárceles en vista de la cantidad de detenido en la sede policial.

Dicha información fue detallada por familiares de los detenidos, ante el Observatorio Venezolano de Prisiones, que dirige Carolina Girón.

Según denuncian, los reclusos duermen en el piso, y realizan las necesidades fisiológicas en bolsas y solo pueden bañarse cuando llega el agua al recinto.

De igual forma, de los 40 detenidos existen 19 que ya fueron sentenciados, los cuales no han sido llevados a cárceles. Están por cumplir la pena impuesta y no les otorgan los cómputos de pena.

La organización denunció que los huelguistas se mantenían a base de papelón, azúcar y caramelos para no descompensarse, sin embargo, el pasado 20 de noviembre el jefe de la sede policial, comisionado Rafael Jiménez, ingresó de manera violenta en los calabozos junto a otros funcionarios, decomisando los insumos y golpeándolos con rolos y patadas para forzarlos a terminar su protesta

Carolina Girón, directora del OVP, recordó que los calabozos policiales no son recintos carcelarios y que ha sido el Ministerio de Servicio Penitenciario el que ha creado cárceles paralelas al negar los cupos en los penales.

"Trasladando los problemas carcelarios a los calabozos de las policías lo que ha traído masacres, hacinamiento e incremento de enfermedades", explicó.
Los parientes de los presos piden la presencia de un fiscal del Ministerio Publico para que constate lo que ocurre en esas celdas.