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Sombras del mal: Ramadan Mansour, el sádico que aterrorizó Egipto

Durante siete años un monstruo atacó y asesinó a decenas de niños en la tierra de los faraones

  • Diario El Universal

13/07/2025 06:00 am

Egipto, una nación reconocida por su invaluable riqueza histórica y cultural, guarda en sus anales episodios oscuros en los que el terror es el protagonista. A principios de este siglo, el país se vio sumido en una pesadilla de violencia y muerte a manos de un asesino sádico que conmocionó a sus habitantes.

Su nombre era Ramadan Abdel Rehim Mansour, pero se hizo tristemente célebre como el "Tren Expreso". Este sujeto era líder de una pandilla callejera local y asesino en serie, responsable de la violación y asesinato de al menos 32 niños y jóvenes con edades comprendidas entre los 10 y 14 años. Sus crímenes se extendieron entre 1999 y 2006. y aterraron diversas ciudades egipcias, incluyendo El Cairo, Alejandría, Qalyoubeya y Beni Sueif.

Nacido en 1980 en Tanta, Mansour abandonó su hogar siendo joven para vivir en las calles. Allí se unió a personajes peligrosos y siniestros y formó una banda sanguinaria. Se hizo experto en el uso de armas blancas y escaló de los hurtos al robo, el abuso y, finalmente, el asesinato.

Uno de sus primeros crímenes que salió a la luz pública fue el de Ahmed Nagui, un niño de 12 años y antiguo miembro de su banda. El niño lo había denunciado cuando intentó violarlo, lo que llevó al arresto de Mansour, pero el criminal fue liberado por falta de pruebas. Poco después, en una venganza atroz, Mansour violó y asesinó a Nagui.

El escalofriante apodo de “al-Tourbini”, que traducido quiere decir el "Tren Expreso", surgió de los constantes viajes que Mansour hacía en tren entre El Cairo y Alejandría. En estos trayectos perpetraba sus peores fechorías.

Tanto él como los miembros de su banda atraían a niños de la calle a los techos de los vagones, donde los desnudaban, violaban y torturaban. Posteriormente, los arrojaban a las vías, muertos o apenas con vida. Varias víctimas fueron lanzadas al río Nilo e incluso enterradas vivas.

La espeluznante serie de crímenes se mantuvo en secreto hasta 2006, cuando la verdad emergió tras el arresto de dos miembros de su pandilla, quienes confesaron los asesinatos cometidos por Mansour y sus secuaces. Esta revelación condujo a la detención de Mansour. Durante el interrogatorio, alegó ante los fiscales estar poseído por un "genio" que le ordenaba cometer los crímenes.

En 2007, Ramadan Mansour y su cómplice Farag Samir Mahmoud, alias "Hanata", fueron declarados culpables y sentenciados a muerte. Ambos fueron ejecutados en la horca en la prisión de Burj Al Arab el 16 de diciembre de 2010. Otros cinco cómplices también fueron condenados en el caso, evitando la pena capital pero recibiendo sentencias de prisión que oscilaron entre los tres y los cuarenta años.

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