Espacio publicitario

Imprudencia al volante: Por qué el factor humano es la principal amenaza vial

La inobservancia de las normas de tránsito, el exceso de velocidad y la falta de conciencia al conducir se consolidan como las causas más letales en accidentes viales en Venezuela

  • Diario El Universal

01/06/2025 06:00 am

Las calles y carreteras venezolanas se han convertido en un escenario de riesgo constante, donde la imprudencia al volante se erige como la principal amenaza para la vida y la seguridad de sus ciudadanos. El más reciente informe del Observatorio de Seguridad Vial (OSV) no deja lugar a dudas: el factor humano es el detonante en más del 50% de los accidentes de tránsito registrados en el país. Los datos de abril de 2025 son contundentes: 122 personas fallecidas y 397 lesionadas, una tragedia que se repite mes tras mes.

La anatomía de una tragedia evitable
Rosibel González, coordinadora del OSV, detalla las aristas de esta problemática. "Según reseñas de prensa, el factor humano estuvo presente en hechos que involucran el exceso de velocidad, la impericia, las maniobras imprudentes (motopiruetas) y la ingesta de alcohol", explica González. Estas conductas temerarias no solo violan las normativas, sino que demuestran una preocupante falta de conciencia sobre las consecuencias devastadoras que pueden acarrear.

El exceso de velocidad encabeza la lista de estas imprudencias, siendo reseñado en al menos 195 incidentes, lo que representa casi el 70% de los casos donde el factor humano fue determinante. Le sigue la impericia al volante, responsable de 47 reportes de accidentes. Es decir, que los conductores, ya sean motorizados, transportistas o en vehículos particulares, a menudo carecen de la habilidad o la precaución necesaria para sortear las complejidades del tránsito.

Aunque en menor medida, otros factores como las fallas mecánicas de los vehículos (5,67%) y las condiciones ambientales o el mal estado de las vías (6,38%) también contribuyen a los siniestros. Sin embargo, la balanza se inclina dramáticamente hacia la responsabilidad individual de quienes están al mando de un volante.

Cifras que duelen: el impacto de la imprudencia
El panorama estadístico de abril es desgarrador. De los 291 accidentes de tránsito contabilizados por el OSV, el saldo mortal fue de 122 personas -98 hombres y 25 mujeres-. La tasa de fallecidos es alarmante: casi 42 personas pierden la vida por cada 100 accidentes.

Los motorizados son, lamentablemente, las principales víctimas de esta imprudencia generalizada. De los 122 fallecidos, 61 eran conductores o pasajeros de motocicletas, representando la mitad de las muertes. Este dato, constante en lo que va de año, subraya la vulnerabilidad de este sector y la urgencia de campañas de concientización específicas para ellos, así como de un mayor cumplimiento de las normas de tránsito.

Las cifras de lesionados también son un llamado de atención. 397 personas sufrieron lesiones, 261 hombres y 116 mujeres, lo que significa que por cada 100 accidentes, más de 136 personas resultaron lesionadas. Esto evidencia que, incluso cuando no hay fatalidades, la imprudencia deja secuelas físicas y emocionales significativas en un gran número de individuos.

Una tendencia alarmante: el aumento de muertes en las vías
Mientras Venezuela celebra una disminución significativa en los homicidios calificados —pasando de más de 8.500 casos en 2018 a 1.338 en 2024, según la Fiscalía—, una nueva y preocupante realidad emerge: las muertes por accidentes de tránsito se han disparado. De acuerdo con el fiscal general Tarek William Saab, los homicidios culposos relacionados con el tránsito se duplicaron entre 2020 y 2024, saltando de 989 a 1.955 casos.

La ONG Observatorio de Seguridad Vial corroboró esta escalada, registrando 3.637 accidentes en todo el país en 2024, con 1.373 fallecidos, incluyendo a 579 motociclistas, la mayoría menores de 26 años. Estas cifras reflejan una cultura de conducción irresponsable donde "es normal conducir en contravía y sobre aceras, no respetar la distancia, no usar cinturón de seguridad, acelerar cuando el semáforo marca la luz amarilla, pisar pasos peatonales y hasta permitir que niños manejen motocicletas en autopistas", según lo descrito por el fiscal Saab, quien ha calificado estas conductas como "cosas de un asesino al volante".

La moto, un vehículo cada vez más popular debido a la precariedad del transporte público y su accesibilidad económica, es un actor constante en esta crisis. "Los accidentes viales se están convirtiendo en un problema de salud pública", advierte Luis Ustáriz, un paramédico de emergencias viales. La campaña "Conduce por la vida", lanzada por el Ministerio Público, busca justamente "llevar a su mínima expresión los accidentes de tránsito con víctimas fatales", en un esfuerzo por frenar esta espiral de fatalidades.

La urgencia de la conciencia vial
Los datos son claros: la imprudencia al volante no es un problema menor, es una epidemia que se cobra vidas y deja secuelas permanentes. Es hora de que cada conductor asuma su responsabilidad y entienda que al tomar el volante, tiene en sus manos no solo su vida, sino las de quienes lo acompañan y las de terceros.

Es fundamental que las autoridades refuercen las campañas de educación vial, promuevan la supervisión y sanción de las conductas imprudentes, y continúen mejorando la infraestructura vial.

Pero, más allá de las medidas institucionales, la verdadera solución radica en un cambio cultural, donde la conciencia vial se convierta en un valor intrínseco de cada ciudadano. Solo así podremos aspirar a reducir las trágicas estadísticas y construir un futuro más seguro en nuestras vías.

Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario