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Asesinos en Serie: Unidos para el mal

Una pareja asesinó al menos a doce personas, dos de ellas sus hijas en el Reino Unido

  • CARLOS D' HOY

14/05/2023 07:00 am

Uno de los temas más atractivos para los analistas del crimen es el de los asesinos seriales. Muchas veces los vemos como seres solitarios, y oscuros, pero no siempre es así, hay casos en los que los criminales encuentran la horma de sus zapatos.
Esta historias reúne a dos mentes perversas en una sangrienta cruzada que se extendió por más de 15 años en los que además de asesinar a una decena de jóvenes, llegaron a abusar y asesinar a sus propios hijos. Es la historia de la familia británica integrada por Rosemary y Fred West.
A inicios de los años 40, en la rural Inglaterra, en una familia granjeros nace Fred, quien apenas llegó a aprender a leer y a garabatear algunas palabras. El joven Fred era bueno para las labores del campo, pero a él le atraían otras cosas, como robar. Su primer arresto fue a los 12 años por robar gallinas. La cárcel sería su hogar durante gran parte de su vida. En 1962 se casaría con su primera esposa Catherine Costello, con quien tuvo dos hijas.
Mientras tanto en 1953, al sur de Inglaterra, en Northam, nació Rosemary Pauline Leets en un hogar disfuncional integrado por Daisy Gwendoline Fuller una mujer depresiva sometida a electroshocks durante su embarazo y William Andrew Leets, un esquizofrénico, quien terminaría abusando de su hija.
El camino de Fred y Rosemary se cruzaría en la adolescencia de la joven. A los 16 años llegó el hombre de 27 años a cortejarla y más pudo su insistencia que la oposición de los padres de la joven.
Como un Romeo y Julieta contemporáneo la pareja se uniría y mudaría a la calle a Gloucester, en donde cometieron sus primeros asesinatos. La primera víctima conocida de la pareja fue Anne McFall, una joven de 18 años que trabajaba como niñera. McFall desapareció en 1967.
Mientras Fred purgaba una de sus condenas Rosemary mataría a su hijastra Charmaine West, torturada y abusada antes de ser asesinada a sus tempranos ocho años, no sería la única hija de la pareja que matarían, el mismo destino le tocó a Heather West.
En 1972, Rosemary comenzó a prostituirse y era fisgoneada por Fred a través de agujeros en su habitación. En ese período Rose tuvo siete niños y se mudaron a una casa más amplia.
La pareja captó a sus víctimas en las paradas de autobús, les ofrecían trabajo o alojamiento, luego eran llevadas al sótano donde eran violadas, torturadas y asesinadas.
Posteriormente, los cuerpos eran desmembrados y enterrados en el jardín o en la casa misma.
Los hijos de Rosemary West y Fred West fueron víctimas de abuso y violencia por parte de sus padres. Al parecer algunos fueron obligados a participar en los crímenes. Sin embargo, no se ha encontrado evidencia de que hayan participado activamente en los asesinatos.
En 1994, la policía recibió una denuncia de una joven que había sido violada por Fred West. Se registró la casa y se descubrieron los restos de varias de sus víctimas.
La pareja fue acusada de doce asesinatos, entre ellos dos de sus hijas.
Fred West se suicidó mientras estaba en prisión preventiva, mientras que Rosemary West fue condenada a cadena perpetua.
Los hijos de los West han lidiado toda su vida con el trauma y las consecuencias de los crímenes de sus padres.

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