Historias de la Violencia: Muerte en el Páramo de las Siete Lagunas
El 15 de diciembre de 1950, 15 estudiantes perdieron la vida cuando se dirigían a celebrar las navidades en sus hogares en Caracas.
Una de las cosas que tienen las tragedias es que se suceden una a otra. El dolor de las muertes cubre al dolor anterior y así sucesivamente, las muertes se van solapando y así son cubiertas por otras lágrimas y por otro dolor.
El año 1950 fue histórico por muchas razones. Una de ellas fue el famoso artículo de El Nacional en el que se burlaron del triunvirato que gobernaba Venezuela, integrado por el coronel Carlos Delgado Chalbaud y los tenientes coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez, llamándolos "Los tres Cochinitos", como eran popularmente conocidos. El titular llevó al cierre del diario y a la cárcel a su editor, Miguel Otero Silva.
También fue el año de la primera transmisión de la TV en Venezuela y en noviembre de ese año Carlos Delgado Chalbaud era asesinado durante un secuestro.
Pero todavía no había ocurrido lo peor, el 15 de diciembre las navidades venezolanas se vestirían de luto tras el trágico accidente que cobraría la vida de 27 estudiantes adolescentes que se dirigían a sus hogares a celebrar las fiestas decembrinas.
Los adolescentes eran estudiantes del colegio jesuíta San José de la capital andina. Tenían entre 9 y 17 años de edad, viajaban en la aeronave Douglas C-47-DL (DC-3) identificada con las siglas YV-C-AVU de la aerolínea Avensa, tripulada por el capitán Jesús Power Troconis, el copiloto, Roberto Suprani Marotta y la aeromoza Consuelo Flores.
El avión despegó a las 12:13 de la tarde del aeropuerto de Mérida con destino a Maiquetía, un vuelo que debería durar dos horas y media. La ruta era la del valle del Chama con salida al sur del Lago, luego se dirigiría al centro del país. Seis minutos tras partir el piloto informó que atravesaba el cañón del río Chama. Poco menos de media hora más tarde se estrellaba cerca del páramo de las Siete Lagunas, a 2.800 metros de altura.
Las autoridades que investigaron el siniestro creen que las condiciones climáticas causaron la tragedia, el piloto habría ingresado en un espeso banco de nubes, no advirtió la cercanía con la montaña y se estrelló. En el impacto murieron los 27 niños y jóvenes, un estudiante de medicina y la tripulación.
Los cuerpos fueron trasladados a Caracas y enterrados el 19 de diciembre en una ceremonia a la que asistió el presidente Marcos Pérez Jiménez.
En memoria de los estudiantes fallecidos, la orden Jesuíta construyó en San Javier del Valle una casa de retiro. En una fuente bañada por una quebrada se encuentran las hélices de la aeronave siniestrada. De las 50 habitaciones de la casa de retiro, 27 tienen los nombres de los estudiantes muertos. El tío de uno de los niños talló un retablo con un Cristo y la Virgen rodeados por 27 ángeles que tienen los rostros de las víctimas.
El maestro escultor que talló la madera de la casa le dedicó un poema a las víctimas: “Llora cascada, llora sin cesar porque no puedes más que llorar. Nosotros podemos llorar y esperar. Jesús Divino Piloto volaba con ellos y se los llevó a la felicidad inmortal”.
El año 1950 fue histórico por muchas razones. Una de ellas fue el famoso artículo de El Nacional en el que se burlaron del triunvirato que gobernaba Venezuela, integrado por el coronel Carlos Delgado Chalbaud y los tenientes coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez, llamándolos "Los tres Cochinitos", como eran popularmente conocidos. El titular llevó al cierre del diario y a la cárcel a su editor, Miguel Otero Silva.
También fue el año de la primera transmisión de la TV en Venezuela y en noviembre de ese año Carlos Delgado Chalbaud era asesinado durante un secuestro.
Pero todavía no había ocurrido lo peor, el 15 de diciembre las navidades venezolanas se vestirían de luto tras el trágico accidente que cobraría la vida de 27 estudiantes adolescentes que se dirigían a sus hogares a celebrar las fiestas decembrinas.
Los adolescentes eran estudiantes del colegio jesuíta San José de la capital andina. Tenían entre 9 y 17 años de edad, viajaban en la aeronave Douglas C-47-DL (DC-3) identificada con las siglas YV-C-AVU de la aerolínea Avensa, tripulada por el capitán Jesús Power Troconis, el copiloto, Roberto Suprani Marotta y la aeromoza Consuelo Flores.
El avión despegó a las 12:13 de la tarde del aeropuerto de Mérida con destino a Maiquetía, un vuelo que debería durar dos horas y media. La ruta era la del valle del Chama con salida al sur del Lago, luego se dirigiría al centro del país. Seis minutos tras partir el piloto informó que atravesaba el cañón del río Chama. Poco menos de media hora más tarde se estrellaba cerca del páramo de las Siete Lagunas, a 2.800 metros de altura.
Las autoridades que investigaron el siniestro creen que las condiciones climáticas causaron la tragedia, el piloto habría ingresado en un espeso banco de nubes, no advirtió la cercanía con la montaña y se estrelló. En el impacto murieron los 27 niños y jóvenes, un estudiante de medicina y la tripulación.
Los cuerpos fueron trasladados a Caracas y enterrados el 19 de diciembre en una ceremonia a la que asistió el presidente Marcos Pérez Jiménez.
En memoria de los estudiantes fallecidos, la orden Jesuíta construyó en San Javier del Valle una casa de retiro. En una fuente bañada por una quebrada se encuentran las hélices de la aeronave siniestrada. De las 50 habitaciones de la casa de retiro, 27 tienen los nombres de los estudiantes muertos. El tío de uno de los niños talló un retablo con un Cristo y la Virgen rodeados por 27 ángeles que tienen los rostros de las víctimas.
El maestro escultor que talló la madera de la casa le dedicó un poema a las víctimas: “Llora cascada, llora sin cesar porque no puedes más que llorar. Nosotros podemos llorar y esperar. Jesús Divino Piloto volaba con ellos y se los llevó a la felicidad inmortal”.
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