El año 2007 fue uno de esos años difíciles de olvidar de nuestra historia, muchas cosas marcaron nuestros recuerdos, entre ellas la salida del aire de la televisora RCTV, el 27 de mayo, cuya señal se apagó y dio paso a una ola de protestas que marcaron gran parte de ese año.
En medio de un clima de tensión, entre las sombras se comenzaban a soltar los hilos de una historia de amor, traición y muerte que pronto acapararía los titulares de la prensa.
El 31 de mayo cerca de la estación de servicios de Montalbán, una joven conducía su vehículo, se dirigía a la UCAB donde entregaría su tesis, estaba próxima a graduarse de socióloga, era Andreína Gómez Guevara, de 24 años de edad.
Mientras esperaba por el semáforo, una moto roja conducida por una mujer se detuvo a su lado y de pronto el copiloto le disparó cinco veces a la joven, matándola en el acto.
El enrarecido clima político hizo explosión y los rumores se propagaron como fuego en la paja seca: “los círculos bolivarianos asesinaron a una muchacha en la Católica”, aseguraban. La confusión y la desconfianza marcaron la pauta y muchos medios cayeron en el error de difundir información no confirmada y el asesinato se politizó.
Las pesquisas comenzaron y como en toda investigación, los primeros pasos fueron buscar videos de seguridad para tratar de dar con los asesinos.
Poco a poco se tejieron las relaciones y se mostró el tapete completo: no había nada político en el asesinato de Andreína, fue un caso de celos. Milagros de Armas se negaba a aceptar el final de su relación con José Manuel López y, tras un enrevesado razonamiento, decidió eliminar el obstáculo que tenía por delante, Andreína.
Se puso en contacto con Jonathan Javier Rodríguez, uno de sus escoltas, a quien le propuso el “negocio”, Rodríguez contactó con “Mala Maña”, un delincuente de Antímano a quien ofreció 60 millones de bolívares por el asesinato, este contrató a los sicarios, Yoleidi Ereú, y Darwin Vivas, a quienes ofreció 10 millones de bolívares por el “trabajo” y les dio un adelanto de dos millones.
Al enterarse de las detenciones Milagros intentó salir del país con destino a Bogotá, pero fue devuelta por las autoridades neogranadinas y detenida a su arribo, luego de ser sometida a interrogatorios y terminó confesando.
En 2012 Milagros fue condenada a 20 años de prisión, Jonathan Rodríguez a 15 años, Jhony José García, Yoleidi Ereú y Darwin Vivas recibieron condenas a 25 años por homicidio calificado.
En medio de un clima de tensión, entre las sombras se comenzaban a soltar los hilos de una historia de amor, traición y muerte que pronto acapararía los titulares de la prensa.
El 31 de mayo cerca de la estación de servicios de Montalbán, una joven conducía su vehículo, se dirigía a la UCAB donde entregaría su tesis, estaba próxima a graduarse de socióloga, era Andreína Gómez Guevara, de 24 años de edad.
Mientras esperaba por el semáforo, una moto roja conducida por una mujer se detuvo a su lado y de pronto el copiloto le disparó cinco veces a la joven, matándola en el acto.
El enrarecido clima político hizo explosión y los rumores se propagaron como fuego en la paja seca: “los círculos bolivarianos asesinaron a una muchacha en la Católica”, aseguraban. La confusión y la desconfianza marcaron la pauta y muchos medios cayeron en el error de difundir información no confirmada y el asesinato se politizó.
Las pesquisas comenzaron y como en toda investigación, los primeros pasos fueron buscar videos de seguridad para tratar de dar con los asesinos.
Los sabuesos no tardarían mucho en identificar a la pareja que ejecutó el crimen. Además se acercaron al círculo íntimo de la víctima y comenzaron a armar la historia. Llegaron hasta José Manuel Franco López, novio de la víctima.
Durante las entrevistas Franco López señaló que su antigua pareja no aceptaba su relación con Andreína. La ex era Milagros Coromoto de Armas, miembro de una de las familias más poderosas del país y quien ingresaba al radar de la investigación.
A los pocos días del crimen fueron detenidos Yoleidi Coromoto Ereú Carrillo, de 18 años, y Darwin Vivas Molina, de 26 años. Además en Antímano recuperaron la moto y un revólver calibre 38 usados en el crimen. Los interrogatorios terminaron de arrojar las pistas faltantes, un nuevo sujeto aparecía en el listado: Jhony José García, alias “Mala Maña”.
Durante las entrevistas Franco López señaló que su antigua pareja no aceptaba su relación con Andreína. La ex era Milagros Coromoto de Armas, miembro de una de las familias más poderosas del país y quien ingresaba al radar de la investigación.
A los pocos días del crimen fueron detenidos Yoleidi Coromoto Ereú Carrillo, de 18 años, y Darwin Vivas Molina, de 26 años. Además en Antímano recuperaron la moto y un revólver calibre 38 usados en el crimen. Los interrogatorios terminaron de arrojar las pistas faltantes, un nuevo sujeto aparecía en el listado: Jhony José García, alias “Mala Maña”.
Poco a poco se tejieron las relaciones y se mostró el tapete completo: no había nada político en el asesinato de Andreína, fue un caso de celos. Milagros de Armas se negaba a aceptar el final de su relación con José Manuel López y, tras un enrevesado razonamiento, decidió eliminar el obstáculo que tenía por delante, Andreína.
Se puso en contacto con Jonathan Javier Rodríguez, uno de sus escoltas, a quien le propuso el “negocio”, Rodríguez contactó con “Mala Maña”, un delincuente de Antímano a quien ofreció 60 millones de bolívares por el asesinato, este contrató a los sicarios, Yoleidi Ereú, y Darwin Vivas, a quienes ofreció 10 millones de bolívares por el “trabajo” y les dio un adelanto de dos millones.
Al enterarse de las detenciones Milagros intentó salir del país con destino a Bogotá, pero fue devuelta por las autoridades neogranadinas y detenida a su arribo, luego de ser sometida a interrogatorios y terminó confesando.
En 2012 Milagros fue condenada a 20 años de prisión, Jonathan Rodríguez a 15 años, Jhony José García, Yoleidi Ereú y Darwin Vivas recibieron condenas a 25 años por homicidio calificado.
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