Hay historias que parecen sacadas de Hollywood, muertes y asesinatos que están envueltos en ese misterio de los casos nunca resueltos. Una de estas historias es la de Manuel Molina Gásperi, exdirector de la Policía Técnica Judicial, (PTJ) y uno de los personajes más curiosos que encabezó el organismo policial.
Era el 18 de agosto de 1986 cuando Manuel Molina Gásperi resultaba muerto luego de que su avioneta, un bimotor marca Islander estallaba en el aire.
Era el punto final de uno de los casos que marcó la historia de la violencia venezolana.
La historia se inicia el 28 de julio de 1978, en los días finales del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuando un abogado fue asesinado de 15 disparos en la avenida Andrés Bello de Caracas. El crimen abriría uno de los más importantes casos de corrupción policial de la historia venezolana.
La víctima era Ramón Carmona Vásquez, un reconocido abogado penalista, quien venía haciendo una serie de denuncias sobre corrupción en el seno de la Policía Técnica Judicial. La tarde del 18 de agosto, el abogado caminaba por la avenida Andrés Bello cuando fue interceptado por cuatro presuntos delincuentes, quienes le conminaron a montarse en el vehículo en que viajaban.
Los sujetos intentaron quitarle un maletín que llevaba y, en medio del forcejeo, le dispararon, no una ni dos veces, en total recibió 15 disparos que le segaron la vida de manera instantánea.
La muerte del abogado levantó una polvareda, su viuda hizo todo lo posible para lograr justicia y poco a poco se fueron levantando las capas de un crimen que involucraba lo más alto de la policía nacional.
Las investigaciones determinaron que los asesinos de Carmona eran policías, integrantes de un grupo élite creado por el propio director del cuerpo detectivesco, Manuel Molina Gásperi, el Grupo de Acciones Tácticas Operacionales, GATO, por sus siglas.
Los implicados fueron detenidos y el presidente de la República ordenó la separación de Molina Gásperi del cargo, mientras el juicio continuaba el exjefe policial se mantuvo en las calles, no así sus subalternos, quienes fueron condenados por el asesinato del penalista.
Pasarían ocho años para que la avioneta de Molina Gásperi se estrellara, supuestamente uno de los motores estalló mientras se encontraba en el aire y terminó con la vida del exfuncionario, algunas versiones señalan que altos funcionarios del gobierno de Pérez estaban implicados en la muerte del abogado.
El estado venezolano fue condenado por el caso Carmona, los familiares nunca recibieron la indemnización que debía pagar a los hijos y la esposa del penalista.
Era el 18 de agosto de 1986 cuando Manuel Molina Gásperi resultaba muerto luego de que su avioneta, un bimotor marca Islander estallaba en el aire.
Era el punto final de uno de los casos que marcó la historia de la violencia venezolana.
La historia se inicia el 28 de julio de 1978, en los días finales del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuando un abogado fue asesinado de 15 disparos en la avenida Andrés Bello de Caracas. El crimen abriría uno de los más importantes casos de corrupción policial de la historia venezolana.
La víctima era Ramón Carmona Vásquez, un reconocido abogado penalista, quien venía haciendo una serie de denuncias sobre corrupción en el seno de la Policía Técnica Judicial. La tarde del 18 de agosto, el abogado caminaba por la avenida Andrés Bello cuando fue interceptado por cuatro presuntos delincuentes, quienes le conminaron a montarse en el vehículo en que viajaban.
Los sujetos intentaron quitarle un maletín que llevaba y, en medio del forcejeo, le dispararon, no una ni dos veces, en total recibió 15 disparos que le segaron la vida de manera instantánea.
La muerte del abogado levantó una polvareda, su viuda hizo todo lo posible para lograr justicia y poco a poco se fueron levantando las capas de un crimen que involucraba lo más alto de la policía nacional.
Las investigaciones determinaron que los asesinos de Carmona eran policías, integrantes de un grupo élite creado por el propio director del cuerpo detectivesco, Manuel Molina Gásperi, el Grupo de Acciones Tácticas Operacionales, GATO, por sus siglas.
Los implicados fueron detenidos y el presidente de la República ordenó la separación de Molina Gásperi del cargo, mientras el juicio continuaba el exjefe policial se mantuvo en las calles, no así sus subalternos, quienes fueron condenados por el asesinato del penalista.
Pasarían ocho años para que la avioneta de Molina Gásperi se estrellara, supuestamente uno de los motores estalló mientras se encontraba en el aire y terminó con la vida del exfuncionario, algunas versiones señalan que altos funcionarios del gobierno de Pérez estaban implicados en la muerte del abogado.
El estado venezolano fue condenado por el caso Carmona, los familiares nunca recibieron la indemnización que debía pagar a los hijos y la esposa del penalista.
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