Otras bandas esperan para ocupar el espacio que dejaron Koki y Loco Leo
“No podemos creer que la situación esté resuelta, mientras no se atiendan los problemas que dan origen a la delincuencia y las bandas”, señaló el abogado Luis Izquiel
No es la primera vez que los organismos de seguridad del estado entran a sangre y fuego en la Cota 905. Esa historia ocurrió en 2015 y dejó profundas cicatrices entre los habitantes de esa barriada capitalina, buscaron a los líderes de la banda que operaba desde ese sector y no los encontraron, a su paso los organismos policiales dejaron varias decenas de muertos y luego se retiraron. Pasado un tiempo, y de manera inexplicable, la situación se replicó: no solo regresaron los delincuentes sino que convirtieron a la Cota 905 en el epicentro del crimen en Caracas. Pasarían siete años para que la policía nuevamente tomara la barriada y por segunda vez intentara poner punto final a la banda de Koki.
A juicio del abogado y criminólogo Luis Izquiel, “es positivo que se haya realizado el operativo que aparentemente acabó con el feudo criminal que tenía el Koki en la Cota 905, al menos los vecinos tendrán un poco de normalidad por un tiempo”.
Sin embargo considera que es fundamental completar la tarea, “deben ir más allá de la propaganda, el rescate de esta comunidad requiere de una gran inversión para retomar la civilidad”.
Hay mucho trabajo por hacer, por una parte, a pesar de la cantidad de bajas que tuvieron las bandas durante la operación llamada Cacique Guaicaipuro, “no podemos decir que estén acabadas: tres de sus líderes están libres y gran cantidad de sus integrantes también, pueden reorganizarse o unirse a otras bandas aliadas y seguir haciendo daño”.
Otro asunto es que ni la banda de la Cota 905, ni la de Loco Leo son las únicas bandas que hay en Caracas, “hay muchas más, quizás de menor tamaño y con poca repercusión, pero que están muy dispuestas a llenar el espacio vacío que dejó la caída de Loco Leo y el Koki."
"Hay buenas noticias, pero hacen falta más cosas que noticias y fotos, por ejemplo no vemos que se esté construyendo una base policial en la zona, o sea hay policías patrullando pero no tienen presencia permanente, vemos que prácticamente todo seguirá igual”, acota.
Una sociedad repleta de problemas
Izquiel insiste en que es necesario inocular a la sociedad venezolana contra la delincuencia, la represión policial es una parte de la lucha contra el crimen, pero no la única vía, “tenemos demasiados problemas estructurales que se han agravado a lo largo de estos años que hacen interesante la vía delictiva para muchos", señala.
"Por una parte la pobreza es atroz, el desempleo, el subempleo y la explotación de los trabajadores hace muy atractiva para muchos la vida delictiva, grandes ganancias y poco riesgo, el tema de las drogas es un problema grave del que se habla poco, deserción escolar, familias desestructuradas, tenemos muchas cosas que corregir para desestimular la incursión de los jóvenes en el crimen”, añade.
No podemos dejar de citar las graves deficiencias que tienen el poder judicial y las policías, la gente no denuncia porque no confía, no espera nada de la policía, la justicia, tribunales y fiscalía ineficaces, cárceles que son universidades de delincuentes.
Recientemente se designó una comisión para hacer una reforma judicial, el objetivo es tratar de solucionar un problema que ellos mismos crearon, que fue el del hacinamiento en los centros de detención preventiva. Izquiel indica que "por lo que he visto lo que han hecho ha sido liberar detenidos, pero no vemos por ejemplo anuncios sobre la construcción de nuevas cárceles, si ese es el movimiento, sacar gente detenida a la calle, creo que dentro de poco comenzaremos a ver nuevamente un incremento de los asaltos, homicidios y secuestros."
Hay muchas cosas que deben hacerse para atacar el problema de la violencia y la inseguridad, no existen soluciones mágicas, pero la mayoría de los países que han conquistado victorias en esa batalla lo han hecho cumpliendo una serie de objetivos, no es solo represión, es mucho más, agrega Izquiel.
Fomentar la denuncia no el espionaje entre vecinos
Al ser consultado sobre lo que las autoridades denominan como "patriotas cooperantes" y su papel en la lucha contra el delito, Izquiel se muestra contrario a esas figuras de inteligencia social o "sapos", “hay que fomentar la denuncia contra quienes cometen delitos, algo que ha venido disminuyendo porque la gente perdió la confianza en la policía, fiscalía y tribunales, a la gente la asaltan, secuestran, y no lo denuncia, lo que ha estimulado la impunidad”, señala.
“Me pregunto para qué crean esas figuras de espionaje social, 'patriota cooperante' o 'sapo', los sectores populares necesitan que se fortalezca el sistema policial y de justicia para que la gente viva tranquila, no que les pongan espías que los ahogarán en más angustias”, indica.
¿Van a perseguir de la misma forma al Malony en Guárico, al negro Fabio, al sindicato de Toto y Zacarías en Bolívar, a la Organización R también en Bolívar, o van a ir por alias El Culón en Zulia y Trujillo, o por la banda de El Cury en Monagas y el estado Sucre; por Santanita en Lara y Yaracuy, o contra los grupos irregulares que dominan las trochas hacia Colombia?
¿Van a ir contra la banda de Yeico Masacre y lo que queda de Los Melean y Los Leal, la de Adriancito y por supuesto ¿van a ir contra el Tren de Aragua, que es la banda más grande de Venezuela y la que menos aparece en el radar de las autoridades policiales?
“Pueden hacer operaciones contra bandas criminales, las hay en todo el país y seguirán existiendo mientras se mantengan las causas, el problema que vemos es que se atacan las consecuencias sin atender las causas, por lo que todo seguirá igual”, finaliza Izquiel.
A juicio del abogado y criminólogo Luis Izquiel, “es positivo que se haya realizado el operativo que aparentemente acabó con el feudo criminal que tenía el Koki en la Cota 905, al menos los vecinos tendrán un poco de normalidad por un tiempo”.
Sin embargo considera que es fundamental completar la tarea, “deben ir más allá de la propaganda, el rescate de esta comunidad requiere de una gran inversión para retomar la civilidad”.
Hay mucho trabajo por hacer, por una parte, a pesar de la cantidad de bajas que tuvieron las bandas durante la operación llamada Cacique Guaicaipuro, “no podemos decir que estén acabadas: tres de sus líderes están libres y gran cantidad de sus integrantes también, pueden reorganizarse o unirse a otras bandas aliadas y seguir haciendo daño”.
Otro asunto es que ni la banda de la Cota 905, ni la de Loco Leo son las únicas bandas que hay en Caracas, “hay muchas más, quizás de menor tamaño y con poca repercusión, pero que están muy dispuestas a llenar el espacio vacío que dejó la caída de Loco Leo y el Koki."
"Hay buenas noticias, pero hacen falta más cosas que noticias y fotos, por ejemplo no vemos que se esté construyendo una base policial en la zona, o sea hay policías patrullando pero no tienen presencia permanente, vemos que prácticamente todo seguirá igual”, acota.
Una sociedad repleta de problemas
Izquiel insiste en que es necesario inocular a la sociedad venezolana contra la delincuencia, la represión policial es una parte de la lucha contra el crimen, pero no la única vía, “tenemos demasiados problemas estructurales que se han agravado a lo largo de estos años que hacen interesante la vía delictiva para muchos", señala.
"Por una parte la pobreza es atroz, el desempleo, el subempleo y la explotación de los trabajadores hace muy atractiva para muchos la vida delictiva, grandes ganancias y poco riesgo, el tema de las drogas es un problema grave del que se habla poco, deserción escolar, familias desestructuradas, tenemos muchas cosas que corregir para desestimular la incursión de los jóvenes en el crimen”, añade.
No podemos dejar de citar las graves deficiencias que tienen el poder judicial y las policías, la gente no denuncia porque no confía, no espera nada de la policía, la justicia, tribunales y fiscalía ineficaces, cárceles que son universidades de delincuentes.
Recientemente se designó una comisión para hacer una reforma judicial, el objetivo es tratar de solucionar un problema que ellos mismos crearon, que fue el del hacinamiento en los centros de detención preventiva. Izquiel indica que "por lo que he visto lo que han hecho ha sido liberar detenidos, pero no vemos por ejemplo anuncios sobre la construcción de nuevas cárceles, si ese es el movimiento, sacar gente detenida a la calle, creo que dentro de poco comenzaremos a ver nuevamente un incremento de los asaltos, homicidios y secuestros."
Hay muchas cosas que deben hacerse para atacar el problema de la violencia y la inseguridad, no existen soluciones mágicas, pero la mayoría de los países que han conquistado victorias en esa batalla lo han hecho cumpliendo una serie de objetivos, no es solo represión, es mucho más, agrega Izquiel.
Fomentar la denuncia no el espionaje entre vecinos
Al ser consultado sobre lo que las autoridades denominan como "patriotas cooperantes" y su papel en la lucha contra el delito, Izquiel se muestra contrario a esas figuras de inteligencia social o "sapos", “hay que fomentar la denuncia contra quienes cometen delitos, algo que ha venido disminuyendo porque la gente perdió la confianza en la policía, fiscalía y tribunales, a la gente la asaltan, secuestran, y no lo denuncia, lo que ha estimulado la impunidad”, señala.
“Me pregunto para qué crean esas figuras de espionaje social, 'patriota cooperante' o 'sapo', los sectores populares necesitan que se fortalezca el sistema policial y de justicia para que la gente viva tranquila, no que les pongan espías que los ahogarán en más angustias”, indica.
¿Irán contra todas las bandas?
No es fácil saber qué va a pasar, “tener una perspectiva es difícil, porque no tenemos planes claros ni conocidos por todos, solo vemos operaciones esporádicas, pero no todo es represión, es parte de la lucha” agrega el abogado.
No es fácil saber qué va a pasar, “tener una perspectiva es difícil, porque no tenemos planes claros ni conocidos por todos, solo vemos operaciones esporádicas, pero no todo es represión, es parte de la lucha” agrega el abogado.
¿Van a perseguir de la misma forma al Malony en Guárico, al negro Fabio, al sindicato de Toto y Zacarías en Bolívar, a la Organización R también en Bolívar, o van a ir por alias El Culón en Zulia y Trujillo, o por la banda de El Cury en Monagas y el estado Sucre; por Santanita en Lara y Yaracuy, o contra los grupos irregulares que dominan las trochas hacia Colombia?
¿Van a ir contra la banda de Yeico Masacre y lo que queda de Los Melean y Los Leal, la de Adriancito y por supuesto ¿van a ir contra el Tren de Aragua, que es la banda más grande de Venezuela y la que menos aparece en el radar de las autoridades policiales?
“Pueden hacer operaciones contra bandas criminales, las hay en todo el país y seguirán existiendo mientras se mantengan las causas, el problema que vemos es que se atacan las consecuencias sin atender las causas, por lo que todo seguirá igual”, finaliza Izquiel.
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