Meghan Markle ha venido a desempolvar una historia que parecía guardada en una gaveta de la monarquía británica, desconocida para una nueva generación, que hoy se conmociona ante las declaraciones, que con cierto toque diplomático realiza la esposa de Harry, el hijo menor de Diana de Gales, quien nuevamente es recordada ya que desde su entrevista, en 1995, nadie había vuelto a cuestionar a la monarquía británica.
Mientras Diana era un recuerdo, Meghan es un personaje real y contemporáneo, que ha compartido con esos menores de 40 años preocupaciones vinculadas con el activismo social y a diferencia de Lady Di, quien encontró apoyo en todos, Meghan se enfrenta a opiniones polarizadas.
Cuando Diana habló ante el mundo, a través de la televisión afirmó que en su matrimonio “había tres personas”, refiriéndose a Camilla Parker Bowles. Dijo que solicitó ayuda pero que no encontró respuesta.
Diana narró su desespero, lo que la llevó a la bulimia y auto agredirse. Meghan se hace eco de aquellas afirmaciones cuando le señala a Ofrah Winfrey, la entrevistadora, que “Ya no quería seguir viviendo, y eso era un pensamiento muy claro, real y constante, que daba miedo”.
Si la pulsera Cartier que llevaba Meghan se tomó como un homenaje a su suegra, fallecida hace 23 años, sus palabras ratifican las que había pronunciado Lady Di hace 26 años.
Meghan, según su conversación, buscó ayuda en la propia monarquía al expresar que necesitaba una orientación profesional y señalaron que por su rango no podía acceder a ella pues no era bueno para la institución.
Lady Di, que moriría en un accidente en París cuando huía de los paparazzi junto a su novio Dodi al Fayed, protestaba porque la depresión posparto que sufrió tras dar a luz a Guillermo permitió que se le catalogase de inestable y desequilibrada.
Diana no tuvo que luchar contra las expresiones de racismo que la duquesa de Sussex denunció que sufrió de algunos miembros de “La Firma” como lo señaló delante de Winfrey, quien además es amiga de la pareja y fue una de las invitadas a su boda.
Ni Harry ni Meghan revelaron los nombres de quienes expusieron sus prejuicios racistas pero si dejaron como evidencia que ese sentimiento no ha desaparecido.
A diferencia de Diana, quien estuvo sola en su salida de la familia real, Meghan encontró apoyo en su esposo y no ha querido que corriera la suerte trágica de su madre y se ha presentado como el esposo enamorado, pero también ha mostrado que la ex actriz tiene vocería propia. “Creo que él nos salvó a todos, dijo Markle. “Tomó la decisión de buscar una salida para nosotros y para Archie”.
Harry, al igual que lo hizo Diana, deja al príncipe Carlos como un hombre que decepciona. No ha hablado con él, pero al mismo tiempo lo justifica por considerarlo una víctima que se ha quedado atrapado.
Lo cierto es que Buckingham se enfrenta a una nueva crisis, donde el racismo y la incomprensión por sus nuevos miembros la ponen en entredicho.
Pero quien quizás esté en la soledad absoluta sea Isabel II de Inglaterra, tal es así que ha adquirido dos nuevos perro corgis, su raza preferida. No cuenta con el apoyo del príncipe Felipe, por su enfermedad, y como la soberana lo ha afirmado más de una vez, él ha sido su apoyo y su consejero. Nadie como el duque de Edimburgo conoce las entrañas de la monarquía.
Mientras Diana era un recuerdo, Meghan es un personaje real y contemporáneo, que ha compartido con esos menores de 40 años preocupaciones vinculadas con el activismo social y a diferencia de Lady Di, quien encontró apoyo en todos, Meghan se enfrenta a opiniones polarizadas.
Cuando Diana habló ante el mundo, a través de la televisión afirmó que en su matrimonio “había tres personas”, refiriéndose a Camilla Parker Bowles. Dijo que solicitó ayuda pero que no encontró respuesta.
Diana narró su desespero, lo que la llevó a la bulimia y auto agredirse. Meghan se hace eco de aquellas afirmaciones cuando le señala a Ofrah Winfrey, la entrevistadora, que “Ya no quería seguir viviendo, y eso era un pensamiento muy claro, real y constante, que daba miedo”.
Si la pulsera Cartier que llevaba Meghan se tomó como un homenaje a su suegra, fallecida hace 23 años, sus palabras ratifican las que había pronunciado Lady Di hace 26 años.
Meghan, según su conversación, buscó ayuda en la propia monarquía al expresar que necesitaba una orientación profesional y señalaron que por su rango no podía acceder a ella pues no era bueno para la institución.
Lady Di, que moriría en un accidente en París cuando huía de los paparazzi junto a su novio Dodi al Fayed, protestaba porque la depresión posparto que sufrió tras dar a luz a Guillermo permitió que se le catalogase de inestable y desequilibrada.
Diana no tuvo que luchar contra las expresiones de racismo que la duquesa de Sussex denunció que sufrió de algunos miembros de “La Firma” como lo señaló delante de Winfrey, quien además es amiga de la pareja y fue una de las invitadas a su boda.
Ni Harry ni Meghan revelaron los nombres de quienes expusieron sus prejuicios racistas pero si dejaron como evidencia que ese sentimiento no ha desaparecido.
A diferencia de Diana, quien estuvo sola en su salida de la familia real, Meghan encontró apoyo en su esposo y no ha querido que corriera la suerte trágica de su madre y se ha presentado como el esposo enamorado, pero también ha mostrado que la ex actriz tiene vocería propia. “Creo que él nos salvó a todos, dijo Markle. “Tomó la decisión de buscar una salida para nosotros y para Archie”.
Los duques de Sussex se mostraron como una pareja vulnerable, que se sentía atrapada en su papel y que se sentía desprotegida por la institución.
Harry, al igual que lo hizo Diana, deja al príncipe Carlos como un hombre que decepciona. No ha hablado con él, pero al mismo tiempo lo justifica por considerarlo una víctima que se ha quedado atrapado.
Lo cierto es que Buckingham se enfrenta a una nueva crisis, donde el racismo y la incomprensión por sus nuevos miembros la ponen en entredicho.
Para la BBC, "es una entrevista devastadora" que revela "las terribles presiones dentro del palacio" y dibuja "la imagen de individuos insensibles perdidos en una institución" tan perdida como ellos.
Pero quien quizás esté en la soledad absoluta sea Isabel II de Inglaterra, tal es así que ha adquirido dos nuevos perro corgis, su raza preferida. No cuenta con el apoyo del príncipe Felipe, por su enfermedad, y como la soberana lo ha afirmado más de una vez, él ha sido su apoyo y su consejero. Nadie como el duque de Edimburgo conoce las entrañas de la monarquía.
Mientras tanto, Diana de Gales no sólo resucita gracias a la serie The Crown, sino que a través de los duques de Sussex vuelve a denunciar lo retrógrado de una institución.
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