Beirut continúa estando en boca de todos. Una explosión no sólo segó cientos de vidas y dejó muchos heridos sino que también destruyó lugares donde el arte y la creatividad se encontraban a diario. Galerías, restaurantes y tiendas volaron por los aires. Uno de sus hijos, quien le da renombre universal a esa capital por sus creaciones, Elia Saab, también sufrió en carne propia ese nuevo apocalipsis; su casa y su taller sufrieron fuertemente el impacto de la explosión, sin embargo no se amilanó y en un acto de verdadera resiliencia, ya que además, como hombre de la moda también ha tenido que enfrentarse a los efectos del COVID-19, que ha herido de gravedad al sector de la moda, no se amilanó y presentó su colección de Haute Couture Exclusiva. De esta manera mostró al mundo que solo avanzando se vencen las sombras.
Con esta propuesta Elle Saab materializa un acto de esperanza. La fantasía de cada bordado sobre volátiles muselinas, ese trabajo sobre una paleta de azules pálidos, rosados empolvados y verdes suaves. Transparencias que sostienen ricos bordados, vestidos que recuerdan los mejores momentos de la historia de la moda, cuando la cintura se marcaba y las aberturas no guardaban discreción porque formaba parte de la seducción. Plumas de avestruz para lograr un efecto de una éterea mujer que surge de un bosque encantado.
De un cubo de espejos que refleja el bosque que lo rodea salían sus musas. La belleza parece acentuarse en cada modelo. Elie Saab se opone a la destrucción y la desplaza con una colección que pareciera diseñada desde su propio corazón.
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