Antonieta Sosa  es precursora del arte conceptual en Venezuela y América Latina. A los 19 años entró como oyente la Escuela Cristóbal Rojas, luego comenzó sus estudios de Psicología en la Universidad Central de Venezuela y posteriormente se trasladó a California, EE.UU.  a estudiar Artes Plásticas. Su trabajo plástico lo inició en los años 60 y expuso sus estructuras en Salones Oficiales Anuales que se presentaron en el Museo de Bellas Artes, así como en el Ateneo de Caracas, Sala Mendoza, Estudio Actual y Galería de Arte Nacional en Caracas y en el exterior presentó su trabajo en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid.

Cabe destacar el desarrollo de investigaciones sobre el diseño y la tridimensionalidad que Antonieta Sosa presentó y, lo más relevante, fue que esas piezas creadas por ella permitían ser intervenidas por el público. Sin lugar a dudas, esta artista puede ser considera un icono del mundo de la plástica nacional. Además de ser una mujer comprometida, con un sentido crítico el lo social, como lo revela este testimonio: “La delegación venezolana estaba a punto de irse a participar en la bienal de Sao Paulo del año 1969 y a pesar de que muchos países no asistirían como protesta porque en Brasil había una dictadura militar los venezolanos ya tenían las maletas listas, por eso apoyé la manifestación destruyendo la plataforma que se encontraba en mi exposición frente al público, en la calle, y para mi sorpresa llegaron muchos jóvenes con tambores y la prensa. A través de la destrucción de la obra estaba mostrando mi preocupación por muchas cosas como la falta de interés hacia los artistas y la perdida de iniciativa en los más jóvenes”.

Su actividad docente en la Escuela de Arte Cristóbal Rojas y en el Instituto de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón contribuyó a la formación de varias generaciones. La mañana de la inauguración un joven estudiante plasmó en sus palabras el valor que tiene Antonieta Sosa en los noveles artistas, pues es inspiración para ellos.

Esa mañana también habló María Elena Ramos, investigadora y curadora de arte, estudiosa de la artista a quien describió así: "Antonieta Sosa convierte en arte el pensamiento. Convierte en arte la reflexión sobre las etapas de su propia vida. Y al enfrentarse con los cristales rotos, convierte en arte sus propios miedos. Inspira a los estudiantes con su talento, pero también con su integridad. No hace un arte expresamente político, pero destruye uno de sus trabajos más preciados como protesta a una dictadura. Y teje banderas pacientemente durante largas horas como acto propiciatorio para llenar de buenas energías nuestro país."

Antes de escuchar las palabras pronunciadas por Luis Miguel La Corte, director de Espacio Monitor, María Elena Ramos, Rebeca Laufer Sosa, hija de la artista; y a uno de los estudiantes de la Escuela Armando Reverón, hubo oportunidad de observar La caja negra, objeto plataforma, que con la misma intensidad del primer día continúa invitando al diálogo íntimo con el acto creativo. Es un cubo negro, sólido y duro, pero cuyo interior se muestra suave y protector para albergar un corazón desarmable.

Para el montaje se contó con la proyección de un cortometraje y colaboraron las hijas de la artista, Rebeca y Gabriela Laufer, Yuleancy Lobo y José Luis García, todos bajo la coordinación de Luis Miguel La Corte, director de Espacio Monitor; y Miguel Miguel García, curador de la citada sala.