La decoración del hotel, con la que se encontraron los invitados y que debe ser del deleite de los huéspedes, se caracterizó por lo armónico y lo moderno, dentro de los cánones de las tendencias del momento. En el arbolito prevaleció el dorado, mientras que en los delicados centros de mesa, se combinan las flores silvestres con el detalle navideño. Pero lo que causó el gran impacto fueron las mesas donde se colocaron las casitas de jengibre, preparadas por un grupo de jóvenes pasteleros que demostraron no sólo dedicación al lograr unas piezas delicadas y creativas, sino que también cuidaron que las recetas fueran lo más parecidas a las originales y de diversos tamaños que junto a las capillas daban la idea de una aldea de cuentos de hadas.

El momento más esperado fue el de la llegada de Santa que se hizo presente con su bolso gigante donde lleva las cartas que en su largo recorrido decembrino ha ido recogiendo por el mundo. Se le preparó un sillón cómodo para que durante la tarde los más pequeños, en compañía de sus padres pudiesen tomarse las fotografías que para algunos, los más pequeñitos, será un gran recuerdo de su primera Navidad.

También fue muy emocionante la entrada de los integrantes de coro, que llegaron al salón como suelen hacerlos las parrandas, cantando aguinaldos y posteriormente se ubicaron en la tarima especialmente preparada para ellos, donde entonaron villancicos y canciones tradicionales de diciembre. Este grupo infantil pertenece a la Fundación Schola Cantarum, que entre sus objetivos está promover el canto coral como herramienta eficaz y dinámica para la formación en valores, la educación musical y el desarrollo de la creatividad, a la vez que se generan espacios para el diálogo social, el buen uso del tiempo libre y la sensibilización musical para niños. En esta oportunidad lucieron un uniforme con los colores navideños, verde y rojo.

Al terminar su actuación, que resultó muy aplaudida se incorporaron a las actividades de recreación y se dirigieron a un lado del jardín donde Mariam Velasco  le leyó dos cuentos alusivos a la fecha. Al finalizar participaron, hablaron sobre el significado de estos días y corrieron para seguir divirtiéndose con los duendes, que tenía mesas de legos y les pintaban las caras.

La merienda incluyó las tradicionales galletas de jengibre en formas de pino, renos y bastones. También habían otros dulces, además de churros con chocolate y pan de jamón. Los mayores pudieron probar el ponche crema preparado en el Hotel Cayena y que recibió bueno comentarios. De esta manera se inauguró la Navidad en Caracas.